martes, 28 de mayo de 2024

EL TRASVASE QUE NO CESA.1

La idea del trasvase de agua es una constante en la historia de Aragón que se podría decir que alcanza la categoría de maldición. Un sortilegio perverso que persigue el ser y sentir aragonés de la mano de los "amos de la tierra", aquellos de los que decía la canción que ni se atreven a salvarla ni nos dejan defenderla y que también son una constante, igualmente perversa, de la sociología aragonesa.



A pesar de que en lo sustancial poco ha cambiado el guión trasvasista, las apariencias, siempre engañosas, se adaptan a los nuevos tiempos para dar una imagen de modernidad, de "modernidad líquida" en este caso. Al "Aragón agua y futuro" del pasado, bendecido  por la derecha del cachirulo prieto que nos iba a colocar a la cabeza de las Españas, le ha sucedido el "Aragón emporio de energía renovable" que también según dicen los nuevos amos de la tierra, herederos directos de los anteriores y habitantes de CASI todo el espectro político, es una oportunidad que Aragón no puede dejar pasar de largo. 

La historia se repite solo para quienes no saben leerla. Tal vez sea una ancestral  estrategia: los prometidos beneficios (la ansiada zanahoria sujeta a un palo) siempre van por delante del burro y solo obedeciendo la voluntad  de la oligarquía (el jinete del burro) podrá alcanzarse en ese subjuntivo futuro aragonés ya habitado en otras ocasiones por el Rubbiatrón (en los años 90 del siglo pasado) o el proyecto Gran Scala (en la primera década del actual.) En todos los casos hay una búsqueda de financiación y apoyo del sector público como aval y garantía de un éxito que nunca llega para el cansado burro que, a esta alturas, ya debería haber aprendido la lección y a contemplar desde una duda razonable, las acicaladas promesas de éxito, de progreso infinito adornados de una infinidad de puestos de trabajo llamados a  conjurar el triste destino de una España vaciada convenientemente inventada para consuelo de vaciados y codicia de vaciadores.

La última pirueta entre el agua y la energía que ahora se cierne sobre el futuro de subjuntivo aragonés es la inversión del Ciclo del Agua. Si hasta ahora se sabía que la evaporación del agua de los mares formaba las nubes que luego descargaban sobre la tierra en forma de agua, nieve o granizo, ahora la fantasía tecnológica vestida de Plan de Interés General para Aragón, va a permitir que el agua que había llegado a la tierra, gracias a un brutal aporte de energía, vaya a parar de nuevo a las nubes. En esta ocasión las nubes estarán formadas por infinitas gotas de datos, porque a estas tierras de Aragón que solo el olvido regaban, han llegado las grandes empresas tecnológicas que necesitan ingentes cantidades de energía y de agua para almacenar el casi infinito arsenal de datos informáticos que dan  forma a esta posmodernidad algo distópica en la que el cerebro humano parece correr el riesgo de ser formateado en favor de una inteligencia artificial.

Nuevamente nos encontramos ante el exceso como norma y el crecimiento infinito como religión. Nadie y nosotros menos que nadie, pone en duda la necesidad de la implementación de las energías renovables como forma de descarbonización de la economía y no dudamos que la inteligencia artificial puede ser un apoyo necesario en el camino del progreso de la humanidad y su perfectibilidad como especie, pero entre lo deseable al exceso hay una franja en la que anida el enriquecimiento de una minoría privilegiada que explota el desierto del futuro imperfecto en el que, si la sociedad no es capaz de poner coto, la inteligencia artificial, y no la sequía, nos matará de sed.

Si al ya conocido, aunque no superado, trasvase del agua del Ebro, añadimos las autopistas eléctricas con que el oligopolio energético tiene en mente enriquecerse con el negocio de la electricidad o el hidrógeno en Europa y la alteración del ciclo del agua con que los grandes de la tecnología de la información y la comunicación pretenden evaporar el agua aragonesa para que condense en sus cuentas de resultados, lo cierto es que el panorama no parece dejar demasiado hueco para ese tecno-optimismo que inunda los medios de comunicación aragoneses en un proceso social en el que lo único que no cambia es el sacrificio del territorio, del paisaje y la población de Aragón.

TRASVASES,... NO GRACIAS

 

Otras entradas sobre el trasvase: 

https://mareaazuldearagon.blogspot.com/search?q=TRASVASES

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