domingo, 8 de septiembre de 2019

EMERGENCIA CLIMÁTICA O REGADIO INDUSTRIAL

El ser humano, en general y el aragonés en particular, parece capaz de vivir en la contradicción sin mayor problema. Es más, corremos el riesgo de que la contradicción la "pos verdad y la pre mentira", se conviertan en nuestro habitat social natural.
Por más que los discursos para combatir la Emergencia Climática y el impulso de una nueva generación por pensar el mundo de otra manera, parezcan exigir un cambio radical en la forma de entender la sociedad, la inercia social de 40 años de franquismo y  otros tanto de "modélica transición" perpetúan un continuismo social que se materializa en la permanencia del regadio como religión, la construcción de pantanos como máxima expresión del progreso y de la asunción de las grandes explotaciones como única forma de entender la agro-ganadería.
Las noticias que recogemos al final de esta entrada reflejan la continuidad del modelo del que hablamos mientras nos alejamos de los planteamientos que se recogían en el acuerdo social por el agua de 2018:

El cambio climático nos impone un futuro en el que se reducirá drásticamente el agua disponible, y en el que los ciclos de sequía y las grandes tormentas, con las correspondientes crecidas, serán cada vez más frecuentes e intensos.
Ante estas perspectivas, urge un gran acuerdo social basado, por un lado, en la recuperación de nuestros ríos, humedales, lagos y acuíferos, como un patrimonio ambiental público que debe estar al servicio del interés general, y por otro lado, en la defensa del agua como un bien público, que debe ser de acceso universal en lo referente a los servicios de agua y saneamiento, en tanto que se trata de un derecho humano, reconocido como tal por Naciones Unidas.
En este contexto es urgente:
- Detener el crecimiento de demandas, especialmente de regadío, la construcción de nuevos embalses y trasvases y los procesos de deterioro, apropiación y sobreexplotación de ríos y acuíferos, a fin de garantizar su sostenibilidad y el buen estado ecológico de las aguas, al servicio del interés general, respetando los caudales ambientales y demás exigencias de la Directiva Marco. 
-Redimensionar a la baja la superficie regada y los consumos urbanos expansivos de forma que se adapten a la reducción de caudales disponibles que impone el cambio climático en curso.
- Revertir los procesos de mercantilización del agua y de privatización de nuestros servicios de abastecimiento y saneamiento, para recuperarlos como servicios de interés general, bajo una gestión pública transparente y participativa. 
- Acabar con la corrupción que ha venido creciendo, al transformar el agua y los servicios de abastecimiento y saneamiento en grandes negocios privados.

Mientras habitamos en este cúmulo de contradicciones los ríos aragoneses sufren en sus aguas la codicia humana mientras la salud de quienes viven en sus riberas, corren parejo destino. 

INFORMACIÓN DE REFERENCIA:
https://www.heraldo.es/noticias/aragon/2019/09/03/el-gobierno-de-aragon-publica-una-convocatoria-de-subvenciones-para-regadio-por-55-millones-1332416.html

https://www.elperiodicodearagon.com/noticias/aragon/seo-birdlife-cuestiona-plan-regadios-aprobado-dga_1383869.html

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