sábado, 11 de octubre de 2025

LA DIGNIDAD DE LA MONTAÑA 25 AÑOS DESPUÉS. 4

A 12 días de la Manifestación de Jaca por la "Dignidad de la Montaña" es posible que a alguien le surja la pregunta por la necesidad de esta convocatoria. 

Ni todo el mundo tiene la misma información ni la misma conciencia sobre las cosas. Por eso queremos hacer un breve repaso de la situación que vemos en el Pirineo aragonés que, a poco que se hurgue en la actualidad que muestran sus medios de comunicación generalistas es, como poco, tan preocupante como lo era hace 25 años. 

Todo un periodo histórico en el que han sucedido muchas cosas aunque para quienes participaron en aquella movilización y para quienes han cogido el testigo del discurso de la dignidad, se siguen dando las condiciones para la continuidad de este movimiento.

De todas esas cosas que han sucedido, sin duda la implementación de las mal llamadas Energías Renovables (EERR) puede que sea uno de los hitos en esta sucesión de tiempo. Desde comienzo de siglo hasta ahora en sus diversas versiones, no se ha abandonado la idea de las interconexiones eléctricas con Francia en un claro proceso de perpetuación del oligopolio energético y la consolidación del negocio privado a expensas de fondos públicos. Práctica habitual del neoliberalismo del que Aragón no se libra.

Los nuevos tiempos han traído nuevas amenazas y si ahora la eterna línea de muy alta tensión (MAT) Peñalba-Isona parece decaer de los planes de REESA - FORESTALIA otras líneas como la Sabiñanigo-Marsillón han tomado el relevo.

En materia hidráulica no podemos olvidar que el recrecimiento de Yesa sigue adelante embalsando injustificables desfases presupuestarios y todo bajo la alarma creada por la oligarquía agraria aragonesa que sigue reclamando mas obras de regulación. A ello hay que añadir las discutibles actuaciones de la administración aragonesa en lugares como Benasque en donde para colaborar en la ejecución de un también más que discutible teleférico de acceso a la estación de esquí de Cerler al que, por otro lado se le abre otro acceso por Castanesa en donde ya se ha hecho un significativo destrozo de su montaña. En este caso, además con la evidente colaboración de la clase política local enriquecida con el dinero de todos.

En este repaso de agresiones a las gentes de la montaña quedaría por hablar, como no, del acceso a la vivienda. Si este es un asunto de candente actualidad en todo el estado, en la montaña aragonesa se le suma la realidad de la especulación turística que llena hasta la irracionalidad de viviendas para turismo y niega la posibilidad de un alojamiento digno a las personas que quieren vivir en este entorno y lo hacen posible con su trabajo. Son ya muchos años de precariedades y de supremacías de clase en la población montañesa que vuelven a hacer necesario pensar, como en el año 2000, sobre el presente y futuro de estos territorios y estos paisajes. 

Y ya, por no cansar al lector, evitamos escribir sobre la ocurrencia del túnel Benasque-Luchon, sin duda unos de los despropósitos de calado que asoman por la cordillera pirenaica.

Esta visión no es una rareza social ni una extravagancia de ningún colectivo elitista. Existe y persiste en una parte una parte de la sociedad montañesa la pregunta sobre la sostenibilidad del modelo económico y de desarrollo del pirineo y por eso se vuelve a hacer necesaria la reclamación de "DIGNIDAD" para estos hábitats y estos habitantes. Una reclamación que, por otro lado, resuena en otros parajes del mundo rural tan maltratados como el Pirineo. El Maestrazgo, Matarraña o Mularroya son espacios con grave peligro de convertirse en territorio de sacrificio para que sus recursos naturales vuelvan a ser la base del desarrollo de otras áreas geográficas del mismo Aragón, de otras de España o de la mismísima Europa que parece querer presumir de industrias verdes a partir de las energías producidas en esta tierra que ahora como siempre seguirá clamando por la "DIGNIDAD".


  



 

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