miércoles, 31 de julio de 2024

MÁS QUE NIEVE, TURISMO Y DEPORTE

Todas las noticias necesitan una contextualización adecuada sin la cual se corre el peligro de que el periodismo se mute en propaganda a favor de los intereses que se mueven entre sus páginas. Algo así puede suceder con los 250 millones de euros del Plan Pirineos que, según el presidente Azcón apuntan a la apuesta por la depuración de las aguas o la atracción de inversiones de empresas tan punteras como Amazon Web Services en Huesca. 

 Pilar iturralde 2020

Para el gobierno conservador (y muy conservador) nuestros recursos naturales son excepcionales y debemos cuidarlos y protegerlos. Hasta ahí no podemos estar más de acuerdo en el corolario, otra cosa será su aplicación a una realidad que parece distinta según el ángulo desde el que se observe. El desarrollo  turístico del valle de Benasque. por ejemplo, no lo perciben igual los inversores que diversifican las ganancias de la ganadería industrial globalizada, que los trabajadores que viven en un aparcamiento. La concentración de capitales es una realidad que crece para beneplácito de las oligarquías que los atesoran y que, tristemente no importa demasiado a una buena parte de la población que parece contemplar el ultra-conservadurismo como una novedad deseable, una alternativa para la evolución social. 

Volvemos a coincidir con Azcón en que  "...los Pirineos son mucho más que nieve, mucho más que turismo y mucho más que deporte”. Otra cosa en la que probablemente se pierda el consenso, será definir y acotar qué es ese vaporoso concepto de "mucho más", en qué parcelas se articula y sobre qué parte de la población se reparte su proyección económica y social. 

Cuando el periódico habla de 37,5 millones de euros dedicados a la depuración del pirineo soslaya que este servicio podría haber estado en marcha desde 2008, tal como ya publicamos a comienzos de mes con motivo de la inauguración de le EDAR de Torla. No vamos a repetir argumentos ni a volver a sacar la colación las 4 famosas plantas de tratamiento de purines que se costearon con parte de los fondos destinados al pirineo. Esto ya parece una información fósil objeto de la paleontología social mientras el periodismo de actualidad, impregnado de espectáculo, se limita a fragmentar la actualidad y presentarla en los medios de comunicación como un puzle al que le faltan piezas. Una paradoja propia de la modernidad líquida en la que pudiendo ser ciertas las partes, el todo no lo es. 

Abundando en esta idea de fragmentación y como ya se ha comentado en este blog en otras ocasiones, se echa en falta un balance económico real y global de las actuaciones públicas. Podríamos hablar del coste real que para la economía aragonesa supone el Recrecimiento de Yesa que embalsa millones de euros que bien podrían destinarse a otros fines y si miráramos con detenimiento el coste de la depuración comparando con otras opciones y formas de gestión posiblemente el balance sería menos optimista que el relato del presidente autonómico de turno. La historia de la EDAR de La Cartuja podría ser un "best seller" de la ineficacia administrativa pagada entre todos los zaragozanos que lleva toda la pinta de reeditarse.

En parecidas circunstancias están las plantas de tratamiento de purines que si se mira la hemeroteca, oscilan entre el éxito clamoroso y el total desastre, según quien y cuando redacte la crónica. Están plantas que no superarían un mínimo balance coste-beneficio, han estado años (gastando dinero en su custodia) esperando una solución que nuevamente pasa por la inversión pública permanente que además, en una maliciosa carambola pueden convertirse en aval del crecimiento perpetuo de la ganadería industrial cuando, en el mejor de los casos solo podrían ser parte de una solución para la situación heredada.

En el tiempo climático-informativo que alcanza el calendario no van a faltar serpientes de verano en forma de osos asesinos de ovejas y lobos malvados que atentarán la felicidad pastoral de la comunidad aragonesa. Y de la misma forma, aunque mucho más reales, menos pastorales y mucho más caros para el bolsillo de todos, no faltarán en las montañas aragonesas toboganes para bajarlas, teleféricos para subirlas, miradores y tirolinas de vértigo para que chicos y grandes vivan la originalidad de una "Magia de Huesca" a la que hace tiempo se le ve la tramoya. 

La gestión, una adecuada y eficaz gestión, de lo público no debería tener color político, debería contar con mucho más rigor informativo y debería estar por encima del, al parecer inevitable, proceso de marketing y propaganda en el que naufraga la racionalidad. 


Un vaso medio vacío de  es también uno medio lleno, 

pero una mentiras a medias, de ningún modo es una media verdad.

Jean Cocteau 





 

viernes, 19 de julio de 2024

CONFLICTO DE AGUA EN LA HOYA DE HUESCA

Barasona hace 100 años, antes de desaparecer inundado de olvido

La lucha de un pequeño pueblo de Huesca contra el "Goliat" del riego llega a la Audiencia Nacional.

Este es el titular de una noticia reciente del Periódico de Aragón ya conocida tiempo atrás que, para quienes han apostado decididamente por la "nueva cultura del agua" se hace merecedora a la reflexión y es que, habitualmente, la información aun siendo veraz, necesita siempre una contextualización que la ponga en referencia al marco vital que pretende reflejar.  Si el análisis no va más allá del mero dato del momento, el lector, sintiéndose informado, lo está solo a medias y eso es prácticamente, una desinformación. Un proceso que se da mucho en estos tiempos de posverdad y modernidad líquida.

Sin duda es una buena noticia que una pequeña localidad como Salillas, para casi todos, un desconocido lugar de cien habitantes en la Hoya de Huesca, sea crítico ante un proyecto que amenaza con inundar sus cultivos y alterar su modo de vida.

Por mucho que con los fondos Next Generation, el Plan Marshall de la post-pandemia, se haya instalado la idea de que hay que utilizarlos sea como sea para "no perder" ese maná caído del cielo, nunca se puede justificar que el beneficio de una parte de la población se cimiente sobre el perjuicio de otra. De eso Aragón podía escribir una larga historia de injusticia social generada por obras hidráulicas. Parece que el expolio sigue consagrado como forma de gestión de un bien demanial como el agua, del que ni siquiera se pueden librar los territorios de regadío. 

No estará de más leer en la historia reciente de la Comunidad Autónoma, los procesos sociales de oposición a embalses como Campo, Comunet, Janovas, Santaliestra, Torre del Compte, Biscarrues, Yesa, La Loteta o Mularroya. No estaría de más contextualizar y evaluar (social y también económicamente) todo lo que ha supuesto el malhadado Pacto del Agua de 1992 que una parte de los poderes públicos se empeñan en resucitar, mientras para otros solamente es un zombi administrativo nacido de las aguas de la vieja política que se resiste a entrar en el sepulcro. 

Este mal llamado pacto, no es más que el intento de perpetuación de la política oligárquica de los grandes propietarios de tierras que ven en el mercado del agua un negocio con el que servir a las exigencias de una agricultura industrial que nadie, ni siquiera sus mismas víctimas, parecen dispuestos a poner en cuestión.

A pesar de algunos evidentes logros de concertación social por los que la sociedad civil puede felicitarse, la gestión del agua en Aragón está todavía muy lejos de regirse por criterios de equidad, proporción y participación pública ni en el social, ni en lo medioambiental ni siquiera en lo económico que sería lo más escandaloso desde un punto de vista neoliberal.

El NODO, reflejo en blanco y negro de la España oscura, mostró al pequeño dictador ejerciendo de benévolo padre de la patria, inaugurando embalses y abriendo las tajaderas de un progreso que solo pareció alcanzar al puñado de sonrientes productores que saludaban brazo en alto al paso veloz del cortejo inaugurador. Otros muchos tuvieron que digerir, tras la fractura vital de la guerra civil, el desarraigo de su tierra y de su memoria, en muchas ocasiones a punta de pistola. Casos como el de Fayón no son una rareza en la historia soslayada de esta España que alguien ha llamado vacía sin recabar suficientemente en las causas reales de su vaciado y la personalidad de los vaciadores. 

Bien es verdad que el genocida del Ferrol no fue ni el único ni el primero en subvertir la hermosa idea de un progreso social compartido, sometiendo a cuantos fuera menester en aras de un desarrollo económico a la medida de los grupos de poder que de una u otra forma siguen determinando el destino de las personas. Su antecesor en el oficio de dictador de las Españas inauguró en 1928 el embalse de Barasona anunciado en Graus que si para el progreso de España fuera necesario inundar el propio Graus, ya podían sus gentes buscar mejor mapa para su geografía.

La huella que este embalse ha dejado entre las gentes queda bien reflejada en el documental: https://www.youtube.com/watch?v=H4D0fPhtJz0  que bien puede extrapolarse a otros casos del pasado y seguir sirviendo como ejemplo para combatir un modelo hidráulico desequilibrado, sea en Salillas, en Artieda o en la ribera del Jalón.

Desde este blog queremos mostrar nuestro apoyo a las reivindicaciones de estos vecinos recordando igualmente que la metáfora bíblica, no depara al gigante Goliat, por muy gigante que sea, un feliz desenlace gracias a la habilidad de un pastor que supo encontrar cinco piedras lisas a la orilla de un río. 


 



martes, 9 de julio de 2024

EL AGUA DE ZARAGOZA EN EL DEBATE DEL ESTADO DE LA CIUDAD

Orilla de sombras. Pilar Iturralde 2023

Coincidiendo con el debate sobre el estado de la ciudad que celebrará el pleno del Ayuntamiento de Zaragoza y como otros colectivos ciudadanos que también  han presentado su evaluación del funcionamiento de la capital aragonesa, desde la Red de Agua Pública queremos hacer llegar nuestra opinión en lo que concierne a la gestión del agua.

Este análisis no será muy distinto de lo ya publicado el pasado 10 de mayo, en donde mostrábamos las dudas acumuladas en nuestra experiencia reciente con el ayuntamiento zaragozano que, desde la llegada de los conservadores al gobierno municipal, ha sido más bien escasa. Solo podemos atestiguar, en los dos últimos mandatos, una variedad de correos electrónicos dirigidos a los grupos políticos del consistorio sin que su equipo de gobierno haya mostrado un mínimo interés en conocer las propuestas de la Red de Agua Pública. A nuestra manera de ver, la gestión del agua ha ido escasa de consenso político y ciudadano y sobrada de decisiones unilaterales de la alcaldía y su equipo.

Incidiendo en la reciente decisión de ampliar otros seis años la concesión de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de La Cartuja a la multinacional Veolia, creemos que es una actuación que en términos futboleros sería de "patada adelante". En este caso, coincidiendo con la construcción del nuevo campo de futbol, la comparación es oportuna por cuanto da la sensación de que la apariencia aparente se prioriza sobre lo fundamental y las instalaciones para el entretenimiento (como en la antigua Roma) tienen más calado que las destinadas a garantizar la calidad del abastecimiento y la depuración de las aguas de la ciudad. Cierto es que es más espectacular dotar a la ciudad de un estadio de primera categoría que renovar las tuberías de abastecimiento del agua o resolver los graves problemas del saneamiento de la margen izquierda. Los iluminados campos de futbol tienen mejor inauguración que las oscuras alcantarillas.

Lo fundamental para este colectivo, es prestar los servicios públicos con plenas garantías de calidad, eficiencia y (ya puestos a soñar) participación y, en ese sentido no existe una prestación de mayor importancia que la del abastecimiento y saneamiento del agua de Zaragoza, no solo por la necesidad de servir a más de la mitad de la población aragonesa, sino también por la responsabilidad con el resto de las poblaciones de la Cuenca del Ebro en sus tramo medio e inferior que gozarán o sufrirán el nivel de calidad de la EDAR de La Cartuja.

Para cumplir las determinaciones de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) se deberán acometer cuatro grandes actuaciones: la mejora del bombeo del Vado, la creación de un baipás para las aguas industriales del polígono de Malpica, tratamientos fisicoquímicos en los decantadores primarios y la automatización de la limpieza de los decantadores secundarios. Todo ello debería hacernos pensar que la depuración del agua de Zaragoza no ha sido todo lo eficaz que debería haber sido durante el tiempo de funcionamiento de esta EDAR y en consecuencia se ha podido perjudicar a las poblaciones aguas abajo y, lo que no es menos importante, a la salud del propio río como corredor de biodiversidad. 

Conviene saber que las aguas depuradas en La Cartuja son en un 30% de origen industrial y ello, por si solo, ya debería haber sido motivo de actuación y de toma de decisiones, al menos de parecida proyección a la alcanzada por el nuevo graderío de La Romareda.  

Este alto porcentaje de vertidos industriales implica que algunas empresas no están cumpliendo con su obligación de depurar sus aguas residuales para que sean asimilables a vertidos domésticos. En este sentido, el hecho de que se decida complementar la instalación de la EDAR con un pretratamiento que haga que el conjunto de estos vertidos industriales sean depurados a costa de dinero publico, es contrario al principio de que "el que contamina paga o deja de contaminar". De forma indirecta se produce un abaratamiento de costes de producción que, como en el caso de la ganadería industrial, asumen la ciudadanía en su conjunto.

Si bien es cierto que la ciudad de hoy no es la misma que cuando se inauguró hace 35 años la EDAR cuya concesión se prorroga, es igualmente cierto que el ayuntamiento y el propio concesionario deberían haber acomodado su funcionamiento a la evolución de las necesidades. De ahí la necesidad de exigir  al segundo la obligación de cumplir los pliegos de condiciones y la del primero de garantizar que efectivamente la explotación está siendo bien atendida. En caso contrario y siempre a cargo de los zaragozanos, a la vuelta de esta nueva prórroga, podremos tener una instalación de depuración perfectamente inútil, mientras La Romareda estará exultante.  

Puede que la oposición municipal no ande muy desencaminada cuando acusa de incapacidad a este gobierno para poner en marcha unos pliegos de condiciones apropiados, en materia de depuración, de no asumir los importantes retos de la ciudad, como es la gestión del agua y de no saber elegir adecuadamente en qué se gasta el dinero de todos. A nuestra forma de ver el cierre en falso del proceso de financiación del Plan Aragonés de Saneamiento y Depuración a través de las desafortunadas formas tributarias ICA/IMAR, a pesar de haber mejorado la construcción y gestión de las nuevas depuradoras, representa un modelo claramente lesivo para la población empadronada en Zaragoza y el consistorio no dibuja adecuadamente la geografía del abastecimiento y la depuración de sus aguas. Prueba de ello es el enfrentamiento que los vecinos de Casetas, Garrapinillos y Villarrapa mantienen con el Instituto Aragonés del Agua respecto al  cobro discriminatorio del Impuesto Medioambiental de Aguas Residuales )IMAR.

La política debiera tener mucho más de gestión que de espectáculo, pero parece que sean verdaderos profesionales del espectáculo quienes se han lanzado a la política. 

Siguiendo con la evaluación del estado de la ciudad, el otro aspecto de la gestión del agua es su abastecimiento en el que se echa de menos, desde hace mucho tiempo, una apuesta decidida por la información de este servicio que si bien en muchos aspectos es elogiable, en otros todavía arroja sombras. Empezando por el agua en alta de la ciudad, es decir el origen de donde se nutre la planta potabilizadora de Casablanca, hay que decir que se ha avanzado en el aumento del suministro desde el polígono de riego de Bardenas a pesar de que aun hay épocas en que un aporte importante lo realiza el Canal Imperial de Aragón. Mantener lo más constante posible la procedencia del río Aragón debería vincularse a una campaña ciudadana para potenciar el uso de agua del grifo, especialmente en la hostelería, tal como se ha hecho en otras ciudades con el fin de prestigiar este servicio público sobre el que también aparece la sombra de la privatización.

De igual manera y con una evaluación menos optimista, debemos criticar el mantenimiento de las redes de distribución que no son objeto del tratamiento adecuado.  Las buenas prácticas en este aspecto, recomiendan renovar un 2% anual de manera que un tramo de tubería no preste más de 50 años de servicio. Esta cifra puede variar en función de la tipología de materiales o las características del terreno.  Debemos recordar que Zaragoza hizo un gran esfuerzo de renovación a finales de los años 90, pero sucesivas disminuciones en la inversión han repercutido en una merma importante de la calidad de la red en la que se pueden suceder perdidas de caudal y otras averías que, además de ser costosas para el erario público, ponen en peligro el buen estado de salud de los vecinos y vecinas de la ciudad que podrían disfrutar de una agua de excelente calidad. 

Todavía quedan por responder muchas preguntas que cada quien debería hacerse más allá de los titulares de la prensa local.  Sobre la futura gestión del embalse de La Loteta, sobre el discutibles abastecimiento a las poblaciones del entorno de Zaragoza, sobre el límite de funcionalidad de la EDAR de La Cartuja o sobre la tendencia privatizadora amparada en una más que dudosa "colaboración público-privado". Para la Red de Agua Pública que cree más en la gestión silenciosa que en el estruendo del espectáculo político-mediático, los representantes públicos de hoy  deberían tener en su cabeza un plan lo más consensuado posible para que gobierne quien gobierne, los proyectos y actuaciones que deberán garantizar la salud de la ciudad de Zaragoza sean una construcción en continuidad más allá de los vaivenes electorales y los intereses de las oligarquías que hoy como ayer gravitan sobre está bella ciudad que bebe de tres ríos.




martes, 2 de julio de 2024

DEPURACIÓN DEL PIRINEO

Los medios de comunicación aragoneses recogen con natural alegría, el hecho de que la recién inaugurada EDAR de Torla resuelva la depuración de una zona de alto valor natural y del mismo nivel de ocupación turística. Es una buena noticia que el río Ara vaya a dejar de recibir 400 metros cúbicos de aguas residuales al día.

https://www.elperiodicodearagon.com/comarcas/2024/07/01/depuradora-torla-evitara-verter-rio-104728828.html

https://cadenaser.com/aragon/2024/07/01/la-depuradora-de-torla-comienza-a-funcionar-y-evitara-verter-al-rio-ara-400-metros-cubicos-de-aguas-residuales-al-dia-radio-huesca/

https://www.diariodelaltoaragon.es/noticias/comarcas/sobrarbe/2024/07/01/la-depuradora-de-torla-evitara-verter-al-rio-ara-400-m3-de-aguas-residuales-al-dia-1745744-daa.html

Toda realidad es poliédrica y esta no lo es menos. Para ampliar el foco de esta indudable buena noticia de 2024, cabrían varias consideraciones. Por un lado respecto al sistema elegido de depuración de fangos activos; si es el más adecuado para esta instalación o si se podría haber contemplado, como se ha realizado en otras localidades de parecidas características (Chía, Sahún, La Espuña...), una tecnología de depuración menos costosos de instalación y de mantenimiento y por otro no estará de mas recordar que en 2008 el Gobierno de Aragón suscribió con el Ministerio de Agricultura (época de Cristina Narbona) un convenio para la depuración de las localidades de las cabeceras de los ríos pirenaicos. 

Planta de tratamiento de purines de Capella

Merced a este convenio, la Comunidad Autónoma recibió en el periodo 2008-2016 142 millones de euros para financiar, según los anexos del convenio, obras de depuración en la Comunidad Autónoma. De esas obras, las correspondientes a depuradoras del Pirineo, con un presupuesto de 128 millones de euros, se podrían haber beneficiado de financiación del Estado al 100%, al estar reconocidas de “interés general” por la Ley 10/2001, de 5 de julio, del Plan Hidrológico Nacional. Es decir la buena noticia de 2024 se podría haber dado en quince años antes y sin duda el río Ara estaría mucho más contento.

Por contra el gobierno de aquel momento, utilizó esta financiación estatal en otros conceptos, relacionados con la depuración o no y decidió que el “sistema de concesión de obra pública” iba a resolver la depuración de toda la comunidad. En esta decisión se derivaba la intención de avanzar hacia la privatización del servicio de saneamiento de todo Aragón con la consiguiente perdida de esta competencia en los ayuntamientos aragoneses de lo que se ha hablado en este blog en numerosas ocasiones. Para indagar en ello basta con clicar aquí.

Relacionado con este convenio y con la, al menos discutible, gestión del saneamiento aragonés, se debería considerar la financiación de las cuatro plantas de tratamiento de purines que el gobierno aragonés acometió con parte de esos fondos que no se invirtieron en el pirineo. 

Sirva como ejemplo el caso de la instalación de Capella, localidad ribagorzana altamente afectada por los problemas derivados de una expansión desmedida de la ganadería industrial y que desde 2009 está en el candelero de la actualidad. Esta planta que debería haber entrado en funcionamiento en 2011, todavía está pendiente de su puesta en marcha. En este momento la empresa beneficiaria de la concesión demanial aun no ha empezado a prestar servicio en esta zona sin que al parecer, cause mayor preocupación ni en la comarca ni en el gobierno autónomo que carga con los costes económicos y medioambientales de estos fracasos ante el silencio de los medios de comunicación. Y es que la realidad siempre es mucho mayor que lo que un titular de periódico refleja.


“Cuando se descubrió que la información era un negocio, 

la verdad dejó de ser importante.”

RYSZARD KAPUSCINSKI