miércoles, 1 de mayo de 2024

MODERNIZACIÓN DE REGADIOS EN MONEGROS

Recogemos en este blog la opinión que nos llega desde la Comarca de Monegros. Una crítica siempre necesaria en una sociedad que, pese a quien gusta de mirar al pasado, quiere caminar hacia la equidad y que necesita contemplar la realidad de forma global. 


Los regadíos en Monegros son tema de adoración totémica. Menuda la hizo D. Joaquín Costa y 
su “Política hidráulica (misión social de los riegos en España)”. Digo esto con todo respeto hacia su labor política y hacia sus seguidores. Pero es que parece que valen más los acuerdos tomados en 1915 que los datos científicos sobre sequía y emergencia climática de un siglo después. Esto dice la moderna web de la Confederación Hidrográfica del Ebro, al contar su historia: “En 1.915 el Estado, bajo la influencia y presión de las ideas y seguidores de D. Joaquín Costa, asume la responsabilidad de su ejecución y se inician las obras del Tramo I del Canal de Monegros”

Desde entonces, y va para 110 años y muchos gobiernos y desgobiernos, en Monegros se han incumplido tantas promesas y se han alargado tanto los plazos de los proyectos, que ya no sabemos si hablamos de la modernización de riegos de los años 50, los 80 o los 2000. Es igual: la población actual continúa pensando (o haciendo ver) que “se les debe”. Ya lo dice, a día de hoy, la web “Riegos del Alto Aragón. El mayor sistema de regadío de nuestro país y de la Unión Europea”, en el apartado «objetivos pendientes»: “Quedan pendientes 32.707Has. sin modernizar sus instalaciones. 25.556Has. de regadío expectante. La inversión prevista es de 153.340.000 €.”

Confieso que lo del regadío expectante me ha llegado al alma.

También dice a continuación: “Para ello es necesario que los proyectos sean eficientes y sostenibles desde el punto de vista medioambiental y económico. Así como conseguir una importante reducción de los costes energéticos.” Este es el párrafo más moderno. Una frase que lo mismo sirve para la autorización de centrales eólicas y fotovoltaicas, macrogranjas porcinas o fábricas de papel, por poner algún ejemplo. En cualquier caso, todo ello vendrá conveniente demostrado en un anexo importantísimo para cualquier proyecto, ese que se llama “Estudio de Impacto Ambiental”. Me sorprende que en este caso falte alguna mención a la protección de la biodiversidad, pero vamos, estamos hablando de riegos, y ¿qué hay más natural y bio que regar los campos? Lo que sí echo en falta es alguna mención a la gestión del agua, el ahorro de agua, la reducción del gasto de agua, o algo por el estilo. Supongo que eso se sobreentiende.

Las comunidades de regantes de Monegros, alentadas por Riegos del Alto Aragón, se han puesto manos a la obra, y han encargado a las correspondientes consultoras la elaboración de proyectos de modernización de riegos que cumplan las condiciones requeridas de eficiencia, sostenibilidad y reducción de costes energéticos. Así que, con la bendición de la Dirección General de Desarrollo Rural, Innovación y Formación Agroalimentaria del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que somete a información pública durante un mes cada uno de estos proyectos, previsiblemente se aprobarán, y se les adjudicará una parte de esos 153 y pico millones de euros de inversión prevista por Riegos del Alto Aragón. Que se lleguen a ejecutar, en todo o en parte, en este siglo o en el próximo, ya es otra cosa.

He entrado a mirar uno de estos proyectos, que ha estado en exposición pública durante el pasado mes de enero. La inversión se cuantifica en 43 millones de euros, y se trata de regar unas 4000Has (una parte de ellas debe de ser de regadío expectante, porque lo que hay ahora mismo son olivos y almendros). Al principio de la Memoria presentada al Ministerio, se dice que el desarrollo de la zona regable de esta Comunidad de Regantes “tiene su origen en la Orden de fecha 2 de marzo de 1956 (BOE 18-3-1956), por la que se aprueba el Plan Coordinado de Obras de la Zona dominada por el Tercer Tramo del Canal de Monegros (Huesca)” [esta es la parte de deuda histórica]. Un poco más adelante leemos: “Las actuaciones incluidas en el presente proyecto podrían enmarcarse en el “Plan para la mejora de la eficiencia y la sostenibilidad en regadíos "(Inversión C3. I1. del PRTR) cuenta con una dotación de 563.000.000€ a cargo del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, para inversiones en modernización de regadíos sostenibles, con el objetivo de fomentar el ahorro del agua y/o la mejora de la eficiencia y la sostenibilidad energética en los regadíos españoles” [esta es la versión moderna del regeneracionismo]. Así pues, haciendo un pequeño cálculo, deduzco que esta comunidad de regantes, para regar esas 4000 ha, reclama para sí casi la décima parte del presupuesto mencionado del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia; o poco menos de la tercera parte de lo previsto en Riegos del Alto Aragón, según su web.

Poco puedo decir de las cuestiones técnicas, en las que no entiendo, así que mentaré apenas unos datos que saltan a mis ojos al leer la Memoria. El proyecto se basa en una nueva captación en el Canal de Monegros, con unos equipos e instalaciones diseñados para un caudal de 3.211,88 l/s; en otro lugar se cuantifica el caudal de llenado de la balsa de regulación en 3.211,88 m3/s. No sé si es lo mismo el caudal que dice cuando habla de la captación y el caudal de llenado de la balsa de regulación (la coincidencia en la cifra lleva a pensarlo); lo que sí sé es que m3 (metros cúbicos) no son lo mismo que l (litros), e incluso creo recordar que uno de los primeros equivale a 1000 de los segundos. Pero no sé decir cuál es la errata, si la hay. En cuanto a la energía necesaria para el bombeo del agua (es un sistema de riego en tres alturas), la Memoria indica que “La actual situación del mercado energético conlleva el análisis de fuentes energéticas distintas a las convencionales”, por lo que se planea “una instalación fotovoltaica de 2.851,2 kWp, con instalación de 288 strings de 18 módulos en serie con una potencia unitaria de 550 Wp, instalados sobre estructura fija con una inclinación de 15º, orientación sur”. 

En cuanto al estudio de impacto ambiental, se parece tanto a los que he leído en los proyectos de centrales eólicas que ya no me quedan palabras; solo me queda decir que aquí no hacen falta más parques eólicos para terminar con toda la biodiversidad monegrina: con los actuales planes de modernización de riegos, su exterminio está completamente asegurado.

Pero la razón por la que escribo aquí hablando de riegos es por el agua. Lo que me resulta sorprendente, y preocupante, es la tranquilidad con la que se habla de disponer de un mayor caudal de agua para regar una mayor cantidad de hectáreas; también un poco lo de dedicar a ello una cierta cantidad de millones de euros del erario público, aunque sea del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, que parece que nos lo hayan regalado y no sepamos qué hacer con él. Pero, sobre todo, el caudal de agua. En una perspectiva de desertización (desertificación, pues es obra humana), emergencia climática o pertinaz sequía (según el lenguaje de la década que elijamos), ¿tiene algún sentido invertir más euros para un mayor gasto de agua? ¿De dónde pensamos que saldrá esta agua?

Dicen que, como cada vez llueve menos, hay que poner los olivos y los almendros en regadío; elemental, me dicen: cuando llueve poco, hay que regar más. Debo de ser muy simple, pero no lo pillo; o lo pillo por otro lado, ¿de dónde saldrá el agua para regar, cuando no llueva ...? Hay ciertos razonamientos que realmente no alcanzo, como el de quienes dicen que los ríos pierden gran cantidad de agua al desembocar en el mar. Igual es que lo veo un poco desde fuera, o como si dijéramos, globalmente. Igual es que me he quedado anclada en lo poco que aprendí en la escuela sobre el ciclo del agua. De modo que lo miraré de otra manera, que también aprendí hace mucho (aunque no en la escuela): a quién benefician proyectos como este. 

Se trata de regar las hectáreas de quién, para cultivar qué, con destino a qué industria ganadera (seguramente porcina). O, en el peor de los casos, a qué cofradía del hormigón, que saca beneficio incluso cuando se deja a medio construir un sistema de riego que a lo mejor nunca llevará agua.

Qué lástima que de Joaquín Costa se conozca más lo de la política hidráulica que lo de la reforma de la educación en todos sus grados. Ojalá fuera esta la deuda histórica que reclamara Monegros.

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