Imagen del día de la inauguración de la depuradora |
La Red se ha dirigido al alcalde de Zaragoza, igual que lo hiciera tras su elección, en la esperanza de tener mejor acogida en esta ocasión. De igual forma nos hemos dirigido a los grupos municipales para poder tener un contacto en el que se pueda compartir las distintas visiones que podemos tener sobre la situación de la depuración en Zaragoza y las decisiones que habrá que tomar en este mandato municipal.
Sigue preocupando la pasividad del Ayuntamiento
ante la abusiva imposición a la ciudadanía de Zaragoza del tributo sobre el
consumo de agua más elevado de España para hacer frente a los injustificados
costes del Plan Aragonés de Saneamiento y Depuración.
Las consecuencias del ICA para Zaragoza son evidentes. La
desmedida presión fiscal hacia las familias y empresas de nuestra ciudad, que
pagan por el mismo hecho impositivo un tributo al Gobierno de Aragón y una tasa
a Ecociudad Zaragoza, más allá de sus consecuencias sociales y económicas, ha
impedido desde hace años avanzar en un tratamiento tarifario que permitiera que
Zaragoza hiciera frente a sus propias necesidades en materia de abastecimiento,
saneamiento y depuración, aspectos todos ellos en los que el déficit inversor
que la ciudad acumula empieza a ser muy
preocupante.
Actualmente se suma a todo ello, la culminación del contrato
con la empresa Veolia para la gestión de la Depuradora de La Cartuja en 2024.
Las organizaciones agrupadas en la RAPA siempre consideraron un grave error el
modelo concesional y tecnológico desarrollado en Zaragoza por esta empresa, que
dio lugar a una inversión desproporcionada, a resultados en muchas etapas muy
cuestionables y a costes de explotación (sostenidos durante más de 30 años por
los zaragozanos) desorbitados.
La RAPA considera muy importante aprovechar la actual coyuntura para corregir el rumbo. Por eso se valora un intercambio de impresiones sobre qué modelo de gestión de la depuración se quiere definir para las próximas décadas. Ahora se abre la oportunidad de hacerlo y Zaragoza debe ser ejemplo de eficiencia, transparencia y participación en la gestión pública de los servicios de agua y saneamiento.
No estará de más recordar que la depuradora de La Cartuja se inauguró en 1993 con la presencia del entonces ministro de Obras Públicas, Josep Borrell y el alcalde de Zaragoza Antonio González Triviño. Tres años antes se habían adjudicado las obras, tras un estudio realizado por Didac Fábregas, empresario socialista amigo del alcalde y vinculado con la empresa adjudicataria hasta 2024, OTV-Veolia.
Una vez realizadas las entrevistas con los grupos del PSOE, ZeC, PODEMOS y Cs, a los que agradecemos su disposición, quedamos a la espera de recibir respuesta por parte del PP para culminar este proceso de diálogo.
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