¿ES
SOSTENIBLE EL DESARROLLO DEL PORCINO?
En el año
2015 los grupos ecologistas de Aragón tuvimos dos reuniones con el
consejero Olona, a los pocos meses de tomar su cargo, para debatir sobre
diferentes temas ambientales Entre otros, se habló de espacios
naturales, biodiversidad, cambio climático y contaminación de las aguas. Uno
que especialmente se debatió fue la problemática que planteaba la industria del
cerdo, para la que propusimos los grupos ecologistas una moratoria en su
expansión y una regulación que tuviera en cuenta las repercusiones ambientales
y sociales.
El
consejero pareció ser sensible a nuestras opiniones sobre la contaminación de
los purines y la desigual distribución de los beneficios producidos entre integradores
y ganaderos. En estas buenas intenciones acabó la participación.
Por
contra, lo que he hemos vivido en estos cuatro años es una expansión
exponencial del cerdo en Aragón. Los datos así lo atestiguan.
Se
crían más de 16 millones de cerdos al año con el deseo de de acercarnos a
los 20 millones en este 2020, con 600 millones de renta y con aumentos de 6000
cerdos a la semana. Para regular toda esta actividad, cuatro años después de
las reuniones mantenidas con Olona y una vez que toda la tramoya estaba
montada, en marzo del 2019, publica el decreto sobre purines. De moratorias
nunca se quiso saber nada.
Pero,...
¿qué afecciones ambientales y sociales genera esta expansión?. ¿Es sostenible
este modelo?. Repasemos someramente estas afecciones:
AFECCIONES
AMBIENTALES
Hay un
alto consumo de agua. Por término medio, un cerdo necesita
diariamente unos 15 litros al día para limpieza y mantenimiento. Su consumo en
Aragón equivalen al de 880.000 personas (2/3 de las personas que vivimos en
Aragón). Pero mientras que las aguas residuales urbanas se tratan
en cientos de depuradoras, las de los cerdos, los purines se
utilizan para abono en campos agrícolas por lo que un uso indebido puede
originar la contaminación de los suelos y de las aguas subterráneas.
En Aragón
se producen 173 Hm³ de purines anuales que llevan asociados 73.000
toneladas de nitrógeno, suficientes para abonar las más del millón de has de
cultivos que hay en Aragón. No se entiende que se sigan comprando abonos
nitrogenados para cerca del 50% de las tierras de cultivo.¿Donde van los
sobrantes?
En muchas
ocasiones, no hay suficientes campos agrícolas próximos para ese abonado, en
especial donde se da una gran concentración de granjas del porcino. Aspecto que
se ve agravado, porque las empresas de hasta 2500 cerdos están desapareciendo y
aumentando las macrogranjas de más de 8000 plazas, que debido a la
automatización, las puede gestionar una sola persona, sin generar apenas
puestos de trabajo.
Se ha
roto la economía circular que se daba anteriormente, en donde pequeñas granjas,
abonaban los terrenos de cultivo próximos. El decreto de purines establece qué
receptor centraliza la recogida de purines de un territorio. Es necesario una
inspección y control exhaustivo que asegure que se cumple con la normativa de
reparto y se evite la contaminación de ríos y aguas subterráneas Sin embargo,
para pequeñas granjas, son los Ayuntamientos, muchos de ellos de pequeñas
poblaciones y con escasos recursos, los que controlan las Autorizaciones
Ambientales Integradas.
La
historia de la nitrificación de nuestros ríos, con el abonado químico de la
agricultura, empezó en los años 70. En los 90 empezó a medirse en las aguas
subterráneas. Hoy el 35% de estas últimas tienen exceso de nitratos. El río
Alcanadre en su desembocadura tiene 45 mg/l cuando el límite es 50. Si a esto
se añade la acción futura de los purines, la situación de nuestros
ríos puede llegar a un desastre ambiental de graves consecuencias.
Ya hay sectores, que están alertando de crear una situación próxima
a la del Mar Menor.
Otro factor
de preocupación es la presencia de restos de antibióticos en las aguas. Los
purines llevan restos de medicamentos que forman parte de la composición
alimenticia que se suministra a los cerdos. Según estudios de la Universidad de
Zaragoza, de treces ríos estudiados solo uno de ellos, el Aragón, que
corresponde a una zona donde se defiende la ganadería extensiva , está libre de
trazas de antibióticos. Se puede señalar que las trazas son insignificantes,
pero estaría bien seguir los pasos de la CRIA de Cataluña donde se hacen ya
estudios de la permeabilización de los suelos a los diferentes tipos de
antibióticos.
Otro gravÍsimo
problema son los efectos sobre el cambio climático. En Aragón, más
del 15% de gases invernadero, los produce la industria del porcino y si no hay
una buena gestión en las balsas de recogida del purín, provoca la producción de
metano que es 22 veces más efectivo que el CO2 en la producción de gases
invernadero y que además de perjudicar a la salud, al ser
irritante, acidifica los suelos.
La
contabilidad de gases invernaderos, se ve acrecentada por el traslado de
cereales a grandes distancias para la producción de piensos para el
ganado. Por un lado las integradoras traen los cereales, principalmente de
América y lo suministran con pingües beneficios para ellas, a los ganaderos.
España importa 35 millones de toneladas de cereales al año, un tercio de lo que
importa Europa. Una buena parte sirven para producir piensos para cerdos. Por
otro, el 90% de la producción agrícola del valle del Ebro es fundamentalmente
alfalfa y en menor medida maíz. Su finalidad es exportarla para producir
piensos en China y los Emiratos árabes. Y por último están la producción de
gases invernadero, por el traslado de cerdos a los grandes mataderos
ya que más del 50% de la carne se exporta e a países europeos así como a China
, Corea y Japón .
No es
esta la forma de adaptarse al cambio climático. Está claro que con una
ganadería extensiva, estos efectos se aminorarían sensiblemente.
Por
último, está la contaminación atmosférica generada por derivados amoniacales al
aplicar los purines al suelo agrícola. El porcino es el responsable del 27% de
la emisión de amoniaco a nivel de toda España. En 2017 la ganadería intensiva
provocó el 92% de las emisiones y de ellas el 73% surgió de las granjas de porcino
y el 19% de las de aves y estamos advertidos por Europa de sobrepasar los
límites admitidos. Para aminorar las emisiones, Europa decidió prohibir
esparcir los purines por el aire a los receptores de ayudas de la Política
Agraria Común. Nueve comunidades en España, entre ellas la aragonesa,
pidieron una prórroga para adaptarse. Se ha dado una moratoria para poder
aplicarlo en marzo del 2020, pero el problema está latente porque el modelo de
inyección pudiera aumentar la nitrificación del suelo.
AFECCIONES LABORALES
Y SOCIALES
El
comportamiento de las grandes empresas del sector tampoco es muy ejemplar. Así,
los medios de comunicación reflejaban que, hasta hace pocos meses, a varios
miles de trabajadores del Grupo Jorge de Zuera los tenían indebidamente como
autónomos, lo que suponía no tener derechos a indemnizaciones ni
vacaciones.
El
empresario Pini impulsor del matadero de Binefar, ha estado con problemas con
la justicia por fraude fiscal. Despedido de Polonia en 2016 se le encarceló en
marzo del 2019 en Hungría.
Y por
último, el grupo de cárnicas Valls se vio envuelto en denuncias en el
último año por la venta fraudulenta de jamón ibérico.
De igual
forma en el caso de los mataderos de Zuera, hasta hace muy poco tiempo, se
observaban canales de sangre vertidos directamente al Gállego.
Sin
embargo las grandes empresas se están favoreciendo de importantes beneficios a
la hora de agilizar los trámites administrativos y favorecer el inicio de
actividades cuando, paralelamente, tenemos conocimiento de que pequeñas
empresas familiares para la producción de queso en el Pirineo, tardan tres años
para conseguir su licencia de venta. Las condiciones favorables no impiden, sin
embargo que, puesta en el mercado, el precio de la carne sea 2,5 veces mayor de
lo que se paga a los ganaderos. Sin olvidar que las condiciones de trabajo en
las cadenas de producción de los mataderos, son extremadamente duras que se
realiza en su mayoría por personal emigrante..
En el
binomio "integrador-ganadero" todas las cargas ambientales recaen en
este último Habiendo, como hay, una directiva europea de Responsabilidad
Ampliada del Productor, no acertamos a comprender cómo los grandes
integradores, que llevan el 90% de todas las fases de producción, se
desentienden de las afecciones ambientales. Además, si hubiera una recesión en
el sector, los principales perjudicados serían los ganaderos que han invertido
o endeudado centenares de miles de euros para la construcción de la granja.
A nivel
social, hay sectores de población del medio rural y urbano, que ven
lesionados sus condiciones de vida con la proliferación de granjas. Agrupados
en el colectivo "Stop a la ganadería industrial", consideran que se
perjudica otras actividades como el turismo o la simple estancia en la vivienda
o la calle tal como pasó en Huesca capital el pasado verano.
"Stop
a la ganadería industrial" apoya, siguiendo las orientaciones de
organismos internacionales, comer menos carne y de mayor calidad, lo que se
consigue con ganadería extensiva. El crecimiento desmesurado de la industria
del cerdo afecta ya a la producción de ternasco de Aragón y ganaderos del
sector de ovino están cambiando su ocupación a macrogranjas de porcino.
Apoyar la
mejora de la sostenibilidad agroalimentaria es una prioridad a nivel mundial.
Producir grandes cantidades de carne es insostenible y el impacto para la salud
y el medio ambiente muy graves. Un informe de la ONU del 2018 sobre las
emisiones del sistema alimentario, expresaba el hecho de
disminuir la ingesta de proteinas animales mediante una agricultura
y ganadería sostenible. En un escenario en que a nivel de los organismos
internacionales, se está pidiendo menores consumo de carne, no tiene mucho
sentido que en España se produzca tres veces más carne de cerdo, que la que
necesitamos.
Las
quejas de las personas también se extienden a la forma de cría del cerdo: al
reducidísimo espacio del que disponen (1 m2) y a las mutilaciones que en
ocasiones sufren los animales. No extrañan las declaraciones del Sr Badiola,
presidente del Colegio de Veterinarios de España, considerando positivo que el
consumidor reclame, cada vez más, un cierto bienestar animal que hoy en muchas granjas
es claramente mejorable.
Muy pocas
medidas restauradoras se contemplan y el resultado es un deterioro del
territorio, en especial de los ríos que
están abonados,medicados,hormonados y contaminados. Y lo peor, es
que estos efectos se empieza a notar ya en los grifos de 34 pueblos aragoneses.
LA
TRANSICIÓN ALIMENTARIA ES UNA NECESIDAD
Como ha
indicado el Sr. Olona, el decreto sobre el porcino no trata de frenar su
actividad.
Según
señala, se trata de ser competitivos con otros países y autonomías.
Pero no a cualquier precio, añadimos nosotros. Las previsiones del CITA habla
de que para este año 2020 tendremos una capacidad de sacrifico de 20,6 millones
de cerdos cuando a día de hoy es de 16,2 millones de cerdos. Es decir, se
estimula un alto grado de crecimiento con unos costes ambientales que,
consecuentemente, también serán crecientes.
El
crecimiento en Cataluña se ha paralizado por las mayores exigencias en su
producción y control. En Aragón las políticas son más permisivas. Nosotros
añadimos que también más insostenibles. Mientras China esté afectada de la
peste porcina y no pueda proveerse en otros países, tendremos asegurado una
gran parte de la exportación. Pero la incidencia del coronavirus , entre otros
factores, puede plantear serios problemas a esa exportación y que de nuevo
habrá que controlar.
El
problema es grave. El Justicia de Aragón,en el 2019, envió un escrito al
Gobierno de Aragón en el que le recuerda "la importancia de la
aprobación del Plan de Inspección y control de las actividades de producción y
gestión de estiércoles y residuos orgánicos". Ahora, con mucho mayor
motivo es totalmente necesaria una transición alimentaria a una agricultura y
ganadería más sostenible. Este modelo se va abriendo paso en otros países europeos
que ya promueven una alimentación en escuelas y hospitales con
alimentos de proximidad y con una mayor seguridad alimentaria. No solo el
Gobierno de Aragón sino que también el Ayto. de Zaragoza no dan ejemplos en
esta dirección. La disminución de los presupuestos de la ciudad de Zaragoza dedicados
a la soberanía alimentaria en un 70%, es no entender por donde van los procesos
de la transición alimentaria.
Nosotros,
como grupos ecologistas, dimos a conocer nuestro apoyo a las justas
reinvindicaciones del campo aragonés de finales de Enero, por los bajos
precios que reciben de sus productos, la presión de las grandes cadenas de
distribución, la falta de apoyos al sector familiar y a los que tratan de
producir más ecológico en la PAC, por los vaivenes de un mundo globalizado
donde los más pequeños son expulsados de la producción.
No solo
en este sector se desarrollan economías ultraliberales. También en el sector de
las energías eólicas, en la implantación de Amazón para que no pague impuestos,
en el desarrollo privatizador de la depuración en Aragón. ¿Hasta
cuando?
Mariano Mérida Salazar
Asociación Naturalista de Aragón
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