martes, 4 de febrero de 2020

PREGUNTAS SOBRE LA GANADERÍA INTENSIVA DE PORCINO



¿ES SOSTENIBLE EL DESARROLLO DEL  PORCINO? 

En el año 2015 los grupos ecologistas de Aragón tuvimos dos reuniones con el consejero Olona, a los pocos meses de tomar su cargo, para debatir sobre diferentes temas ambientales  Entre otros, se habló de espacios naturales, biodiversidad, cambio climático y contaminación de las aguas. Uno que especialmente se debatió fue la problemática que planteaba la industria del cerdo, para la que propusimos los grupos ecologistas una moratoria en su expansión y una regulación que tuviera en cuenta las repercusiones ambientales y sociales. 
El consejero pareció ser sensible a nuestras opiniones sobre la contaminación de los purines y la desigual distribución de los beneficios producidos entre integradores y ganaderos. En estas buenas intenciones acabó la participación. 
Por contra, lo que he hemos vivido en estos cuatro años es una expansión exponencial del cerdo en Aragón. Los datos así lo atestiguan. 
Se crían más de 16 millones de cerdos al año con el deseo de de acercarnos a los 20 millones en este 2020, con 600 millones de renta y con aumentos de 6000 cerdos a la semana. Para regular toda esta actividad, cuatro años después de las reuniones mantenidas con Olona y una vez que toda la tramoya estaba montada, en marzo del 2019, publica el decreto sobre purines. De moratorias nunca se quiso saber nada. 
Pero,... ¿qué afecciones ambientales y sociales genera esta expansión?. ¿Es sostenible este modelo?. Repasemos someramente estas afecciones:

AFECCIONES AMBIENTALES 

Hay un alto consumo de aguaPor término medio, un cerdo necesita diariamente unos 15 litros al día para limpieza y mantenimiento. Su consumo en Aragón equivalen al de 880.000 personas (2/3 de las personas que vivimos en Aragón). Pero mientras que las aguas residuales urbanas se tratan en cientos de depuradoras, las de los cerdos, los purines  se utilizan para abono en campos agrícolas por lo que un uso indebido puede originar la contaminación de los suelos y de las aguas subterráneas. 
En Aragón se producen 173 Hm³ de purines anuales que llevan asociados 73.000 toneladas de nitrógeno, suficientes para abonar las más del millón de has de cultivos que hay en Aragón. No se entiende que se sigan comprando abonos nitrogenados para cerca del 50% de las tierras de cultivo.¿Donde van los sobrantes?
En muchas ocasiones, no hay suficientes campos agrícolas próximos para ese abonado, en especial donde se da una gran concentración de granjas del porcino. Aspecto que se ve agravado, porque las empresas de hasta 2500 cerdos están desapareciendo y aumentando las macrogranjas de más de 8000 plazas, que debido a la automatización, las puede gestionar una sola persona, sin generar apenas puestos de trabajo. 
Se ha roto la economía circular que se daba anteriormente, en donde pequeñas granjas, abonaban los terrenos de cultivo próximos. El decreto de purines establece qué receptor centraliza la recogida de purines de un territorio. Es necesario una inspección y control exhaustivo que asegure que se cumple con la normativa de reparto y se evite la contaminación de ríos y aguas subterráneas Sin embargo, para pequeñas granjas, son los Ayuntamientos, muchos de ellos de pequeñas poblaciones y con escasos recursos, los que controlan las Autorizaciones Ambientales Integradas. 
La historia de la nitrificación de nuestros ríos, con el abonado químico de la agricultura, empezó en los años 70. En los 90 empezó a medirse en las aguas subterráneas. Hoy el 35% de estas últimas tienen exceso de nitratos. El río Alcanadre en su desembocadura tiene 45 mg/l cuando el límite es 50. Si a esto se añade la acción  futura de los purines, la situación de nuestros ríos puede llegar a un desastre ambiental de graves consecuencias. Ya  hay sectores, que están alertando de crear una situación próxima a la del Mar Menor. 

Otro  factor de preocupación es la presencia de restos de antibióticos en las aguas. Los purines llevan restos de medicamentos que forman parte de la composición alimenticia que se suministra a los cerdos. Según estudios de la Universidad de Zaragoza, de treces ríos estudiados solo uno de ellos, el Aragón, que corresponde a una zona donde se defiende la ganadería extensiva , está libre de trazas de antibióticos. Se puede señalar que las trazas son insignificantes, pero estaría bien seguir los pasos de la CRIA de Cataluña donde se hacen ya estudios de la permeabilización de los suelos a los diferentes tipos de antibióticos. 
Otro gravÍsimo problema  son los efectos sobre el cambio climático. En Aragón, más del 15% de gases invernadero, los produce la industria del porcino y si no hay una buena gestión en las balsas de recogida del purín, provoca la producción de metano que es 22 veces más efectivo que el CO2 en la producción de gases invernadero y que además  de  perjudicar a la salud, al ser irritante, acidifica los suelos. 
La contabilidad de gases invernaderos, se ve acrecentada por el traslado de cereales a grandes distancias para la producción de piensos para el ganado. Por un lado las integradoras traen los cereales, principalmente de América y lo suministran con pingües beneficios para ellas, a los ganaderos. España importa 35 millones de toneladas de cereales al año, un tercio de lo que importa Europa. Una buena parte sirven para producir piensos para cerdos. Por otro, el 90% de la producción agrícola del valle del Ebro es fundamentalmente alfalfa y en menor medida maíz. Su finalidad es exportarla para producir piensos en China y los Emiratos árabes. Y por último están la producción de gases invernadero,  por el traslado de cerdos a los grandes mataderos ya que más del 50% de la carne se exporta e a países europeos así como a China , Corea y Japón . 
No es esta la forma de adaptarse al cambio climático. Está claro que con una ganadería extensiva, estos efectos se aminorarían sensiblemente. 
Por último, está la contaminación atmosférica generada por derivados amoniacales al aplicar los purines al suelo agrícola. El porcino es el responsable del 27% de la emisión de amoniaco a nivel de toda España. En 2017 la ganadería intensiva provocó el 92% de las emisiones y de ellas el 73% surgió de las granjas de porcino y el 19% de las de aves y estamos advertidos por Europa de sobrepasar los límites admitidos. Para aminorar las emisiones, Europa decidió prohibir esparcir los purines por el aire a los receptores de ayudas de la Política Agraria Común. Nueve comunidades en España, entre ellas la aragonesa, pidieron una prórroga para adaptarse. Se ha dado una moratoria para poder aplicarlo en marzo del 2020, pero el problema está latente porque el modelo de inyección pudiera aumentar la nitrificación del suelo. 

AFECCIONES  LABORALES Y SOCIALES 

El comportamiento de las grandes empresas del sector tampoco es muy ejemplar. Así, los medios de comunicación reflejaban que, hasta hace pocos meses, a varios miles de trabajadores del Grupo Jorge de Zuera los tenían indebidamente como autónomos, lo que suponía no tener derechos a indemnizaciones ni vacaciones. 
El empresario Pini impulsor del matadero de Binefar, ha estado con problemas con la justicia por fraude fiscal. Despedido de Polonia en 2016 se le encarceló en marzo del 2019 en Hungría. 
Y por último, el grupo de cárnicas Valls se vio envuelto en denuncias en el último año por la venta fraudulenta de jamón ibérico. 
De igual forma en el caso de los mataderos de Zuera, hasta hace muy poco tiempo, se observaban canales de sangre vertidos directamente al Gállego.
Sin embargo las grandes empresas se están favoreciendo de importantes beneficios a la hora de agilizar los trámites administrativos y favorecer el inicio de actividades cuando, paralelamente, tenemos conocimiento de que pequeñas empresas familiares para la producción de queso en el Pirineo, tardan tres años para conseguir su licencia de venta. Las condiciones favorables no impiden, sin embargo que, puesta en el mercado, el precio de la carne sea 2,5 veces mayor de lo que se paga a los ganaderos. Sin olvidar que las condiciones de trabajo en las cadenas de producción de los mataderos, son extremadamente duras que se realiza en su mayoría  por personal emigrante.. 
En el binomio "integrador-ganadero" todas las cargas ambientales recaen en este último Habiendo, como hay, una directiva europea de Responsabilidad Ampliada del Productor, no acertamos a comprender cómo los grandes integradores, que llevan el 90% de todas las fases de producción, se desentienden de las afecciones ambientales. Además, si hubiera una recesión en el sector, los principales perjudicados serían los ganaderos que han invertido o endeudado centenares de miles de euros para la construcción de la granja. 
A nivel social, hay sectores de población  del medio rural y urbano, que ven lesionados sus condiciones de vida con la proliferación de granjas. Agrupados en el colectivo "Stop a la ganadería industrial", consideran que se perjudica otras actividades como el turismo o la simple estancia en la vivienda o la calle tal como pasó en Huesca capital el pasado verano. 
"Stop a la ganadería industrial" apoya, siguiendo las orientaciones de organismos internacionales, comer menos carne y de mayor calidad, lo que se consigue con ganadería extensiva. El crecimiento desmesurado de la industria del cerdo afecta ya a la producción de ternasco de Aragón y ganaderos del sector de ovino están cambiando su ocupación a macrogranjas de porcino. 
Apoyar la mejora de la sostenibilidad agroalimentaria es una prioridad a nivel mundial. Producir grandes cantidades de carne es insostenible y el impacto para la salud y el medio ambiente muy graves. Un informe de la ONU del 2018 sobre las emisiones del sistema alimentario, expresaba el hecho de disminuir  la ingesta de proteinas animales mediante una agricultura y ganadería sostenible. En un escenario en que a nivel de los organismos internacionales, se está pidiendo menores consumo de carne, no tiene mucho sentido que en España se produzca tres veces más carne de cerdo, que la que necesitamos. 
Las quejas de las personas también se extienden a la forma de cría del cerdo: al reducidísimo espacio del que disponen (1 m2) y a las mutilaciones que en ocasiones sufren los animales. No extrañan las declaraciones del Sr Badiola, presidente del Colegio de Veterinarios de España, considerando positivo que el consumidor reclame, cada vez más, un cierto bienestar animal que hoy en muchas  granjas es claramente mejorable. 
Muy pocas medidas restauradoras se contemplan y el resultado es un deterioro del territorio, en especial de los ríos que están  abonados,medicados,hormonados y contaminados. Y lo peor, es que estos efectos se empieza a notar ya en los grifos de 34 pueblos aragoneses.

LA TRANSICIÓN ALIMENTARIA ES UNA NECESIDAD

Como ha indicado el Sr. Olona, el decreto sobre el porcino no trata de frenar su actividad. 
Según señala, se  trata de ser competitivos con otros países y autonomías. Pero no a cualquier precio, añadimos nosotros. Las previsiones del CITA habla de que para este año 2020 tendremos una capacidad de sacrifico de 20,6 millones de cerdos cuando a día de hoy es de 16,2 millones de cerdos. Es decir, se estimula un alto grado de crecimiento con unos costes ambientales que, consecuentemente, también serán crecientes. 
El crecimiento en Cataluña se ha paralizado por las mayores exigencias en su producción y control. En Aragón las políticas son más permisivas. Nosotros añadimos que también más insostenibles. Mientras China esté afectada de la peste porcina y no pueda proveerse en otros países, tendremos asegurado una gran parte de la exportación. Pero la incidencia del coronavirus , entre otros factores, puede plantear serios problemas a esa exportación y que de nuevo habrá que controlar. 
El problema es grave. El Justicia de Aragón,en el 2019, envió un escrito al Gobierno de Aragón  en el que le recuerda "la importancia de la aprobación del Plan de Inspección y control de las actividades de producción y gestión de estiércoles y residuos orgánicos". Ahora, con mucho mayor motivo es totalmente necesaria una transición alimentaria a una agricultura y ganadería más sostenible. Este modelo se va abriendo paso en otros países europeos que ya  promueven una alimentación en escuelas y hospitales con alimentos de proximidad y con una mayor seguridad alimentaria. No solo el Gobierno de Aragón sino que también el Ayto. de Zaragoza no dan ejemplos en esta dirección. La disminución de los presupuestos de la ciudad de Zaragoza  dedicados a la soberanía alimentaria en un 70%, es no entender por donde van los procesos de la transición alimentaria. 
Nosotros, como grupos ecologistas, dimos a conocer nuestro apoyo a las justas reinvindicaciones del campo aragonés de finales de Enero, por los bajos precios que reciben de sus productos, la presión de las grandes cadenas de distribución, la falta de apoyos al sector familiar y a los que tratan de producir más ecológico en la PAC, por los vaivenes de un mundo globalizado donde los más pequeños son expulsados de la producción. 
No solo en este sector se desarrollan economías ultraliberales. También en el sector de las energías eólicas, en la implantación de Amazón para que no pague impuestos, en el desarrollo privatizador de la depuración en Aragón.  ¿Hasta cuando?


Mariano Mérida Salazar

Asociación Naturalista de Aragón



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