Este podría ser el título de una novela histórica o el de un manual de meditación zen, pero tal como vemos las cosas, es la radiografía de la evolución del Plan Aragonés de Saneamiento en las puertas de su revisión.
Entre las nieblas, que no transparencia, de las cuentas que conocemos y de los datos que inferimos, no parece que ni siquiera los 20 millones de euros que la DGA piensa recaudar con el ICA, vayan a ser suficiente para hacer frente a los 16 años de gestión del Instituto Aragonés del Agua.
Y que conste que nada nos gustaría más que equivocarnos y abandonar la publicación de este blog. Sería magnífico que nuestros representantes públicos y gestores administrativos dieran la talla acorde a las remuneraciones que perciben y que su ética social los acercara a una sociedad, aunque solo fuera, algo más igualitaria. Pero mucho nos tememos que tal como evoluciona la modernidad líquida y la codicia humana esta sociedad se aleja al ritmo de la desafección ciudadana que impregna nuestra sociedad.
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