jueves, 9 de junio de 2016

PENSAMIENTOS DESPUES DE LAS JORNADAS DE INUNDACIONES

SOBRE LAS RECIENTES JORNADAS DE INUNDACIONES
(Articulo de Mariano Mérida)

Este espacio de dialogo lleva ya muchos años de andadura y el esfuerzo que muchas personas han puesto, llenando la sala con capacidad de 150 personas en los dos días de Jornadas, en participar y colaborar, es motivo de felicitación para todos y aún más cuando estos temas son polémicos y complejos de solucionar. Esta felicitación es especial para la Fundación Joaquin Roncal y los medios de comunicación que nos han ayudado en la convocatoria y extensión de las propuestas.

Desde el año 1946 hasta la actualidad ha habido 60 inundaciones de más de 2000 m3. Una media de una inundación en poco más de un año demuestra que las inundaciones no son la excepción sino que es la norma en el Valle medio del Ebro. Por ello si bien excepcionalmente habrá que hacer obras de emergencia cuando las ocasiones lo requieran, tenemos que desarrollar los proyectos que fija el Plan Ambiental del Ebro que inicialmente se redactó en 2005 y que debe ser debidamente actualizado y consensuado.
Y de ello son responsables los que dirigieron la CHE en las décadas posteriores a los años 40. En unos casos por favorecer que pequeños agricultores, hijos de la necesidad, pudiesen trabajar las problemáticas tierras próximas al cauce del río, pero en otros por la acaparación de familias poderosas e influyentes que se hicieron con grandes lotes de tierras arrasando con una  buena parte de los sotos de ribera. Todo ello se quiso asegurar con la construcción de motas que daban aparente seguridad a las tierras de cultivo pero, que entre otros aspectos, llevó más inseguridad a los núcleos habitados dado que el río no tenía en la proximidad de estos,  los espacios de desagüe que anteriormente tenía. Donde antes había 400 metros de anchura de cauce  ahora solo hay 200. Se han hecho cortas de meandros y la velocidad del agua en las avenidas es mayor.
A ello se une el papel de laminación de los embalses. Si bien es cierto que disminuyen las puntas de las crecidas, estas tienden a que se mantengan durante mayor tiempo. Ello hace que se llenen los freáticos y la presión  de las aguas, constreñidas por las motas, sobre el fondo y laterales del cauce invadan las tierras de cultivo más próximas que se anegan días y, en ocasiones, hasta semanas. Esta tierras son la seguridad de las que se encuentran más alejadas , que se cubrirían igualmente con las aguas de no existir las motas. ¿No habría una corresponsabilidad compartida para sufragar los daños?
Para los daños sufridos en las riadas del 2015 las administraciones, solo en Aragón, han invertido más de 100 millones de euros. Si ello hubiera sido pagado por los aragoneses hubiera supuesto casi  400 euros por cada  familia aragonesa Estas políticas no tienen ninguna sostenibilidad. Parte de ese dinero se ha dedicado a la seguridad de las poblaciones  y nos parecen totalmente  necesarias pero insuficientes.
Después de las avenidas del 2003, 2007, 2010, 2013 y 2015 ha habido tiempo suficiente para no realizar obras de emergencias sino el haber desarrollado proyectos, previamente redactados y consensuados. Las obras realizadas, positivas en algunos aspectos, no dan la necesaria seguridad  y aún a sabiendas que para grandes avenidas la protección es imposible.
Se han hecho cauces de alivio, reforzado motas, se han rebajado en otras. Ningún ponente del grupo de los expertos o con responsabilidad institucional mencionó una política de dragados. Pero desde nuestro punto de vista falta lo fundamental que es el retranqueo de motas. En las Jornadas, expusimos un bosquejo de actuaciones que en absoluto defendemos sean las que se tengan que hacer en la práctica, pero poníamos de ejemplo que con un retranqueo que suponía tomar en total 100 has de cultivo en Novillas, Pradilla, Boquiñeni  y Cabañas doblamos la anchura del cauce y en algunos casos, como el cuello de botella entre Pradilla y Boquiñeni  se cuadruplicaba. Nos va a salir más barato la compra de esas tierras que continuas obras de reparación.
Comentamos también el papel de las carreteras e infraestructuras perpendiculares al cauce que llegan y salen de las poblaciones ribereñas. Se han reforzado pero haciéndolas más impermeables al paso del agua.
Desde Protección Civil  se llamó la atención en la falta de elaboración de planes de prevención de inundaciones Comarcales.
Pensamos que la ponencia que sobre Inundaciones se ha aprobado recientemente en la Comisión del Agua del Gobierno de Aragón, tendría que tomar como aspecto preferente  la defensa de las poblaciones y si es posible antes de fin de año haber logrado un compromiso sobre futuros proyectos.
Esperemos a ver como responden las obras ya realizadas. Pero el complemento de estos acuerdos es necesario para la mayor seguridad y tranquilidad de los vecinos ribereños.


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