Una vez que el Instituto Aragonés del Agua ha editado su "GUÍA PARA LA EXTERNALIZACIÓN DEL SERVICIO MUNICIPAL DE ABASTECIMIENTO DE AGUA POTABLE Y ALCANTARILLADO" solo queda por resolver el problema de:
¿Cuanta agua debe bajar por el Ebro para disolver a esta entidad pública?.
A pesar del tiempo que llevamos instalados en la perplejidad, no podemos por menos de admirarnos del grado de esperpento que pueden alcanzar las autoridades aragonesas. Que una administración pública dicte normas para privatizar el servicio de abastecimiento de aguas supera con creces cualquier otra actuación conocida. Parece que nuestros administradores se han propuesto dejar perfectamente encaminado el proceso privatizador del agua o lo que es lo mismo, demuestran trabajar al dictado de las empresas del gremio que ven, en la gestión del agua y el saneamiento, un foco de negocio que no están dispuestos a dejar pasar.
A riesgo de pecar de candorosos, hubiéramos esperado de un servicio público que asesorara, a los ayuntamientos aragoneses, la mejor forma de gestionar y explotar el abastecimiento de agua y el saneamiento, desde su propia autonomía de gestión municipal. Por contra nos encontramos con que una entidad PUBLICA recomienda la mejor forma de PRIVATIZAR. Esperamos y deseamos que la sociedad aragonesa sepa reaccionar a tiempo y demuestren tener la inteligencia de que sus dirigentes carecen.
La transparencia del agua se merece un organismo de gestión igualmente transparente.
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