La tendencia del neoliberalismo de convertir en negocio toda actividad humana representa un peligro creciente para los servicios públicos. En el caso de Zaragoza, los servicios de abastecimiento y saneamiento de agua, ante la más que discutible justificación de que la gestión privada es más eficaz que la pública y las supuestas bondades de la "colaboración público-privado", corren el riesgo de pasar a ser otro negocio más de los selectos grupos empresariales próximos a lo órganos de poder municipal.
Tal como recoge Aragón Digital, el PSOE, desde la oposición opta por garantizar que el agua siga siendo un servicio público. La externalización masiva de parte del servicio justificado por la reducción de personal que en estos momentos sufre la plantilla no debería ser motivo para abandonar la gestión pública.
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