El final de
la manifestación de ayer deja una mezcla de tristeza y esperanza. El joven
policía nacional que protegía hoy la CHE, bien podía ser hijo del Guardia Civil
que nos amenazaba en Yesa cuando, muchos de los que hoy han estado con la gente
de la Galliguera, estuvieron contrarrestando la primera piedra del
recrecimiento de Yesa que había colocado Jaume Matas (antes de sospechar que
acabaría en la cárcel) en los días de esplendor del primer gobierno de Aznar.
Misma mirada del policía que no ve, misma frialdad de la administración que no
mira y mismos intereses de la oligarquía agraria aragonesa que no mira porque
no quiere ver.
Para muchos
son más 20 años de manifestaciones, pancartas, viajes a Madrid a encadenarse
bajo la estatua de Franco que aun estaba a las puertas del Ministerio de Medio
Ambiente. Más de 20 años convocando a los medios de comunicación para
explicarles lo que sus dueños quieren silenciar. Más de 20 años viendo como los
políticos emergentes buscan la foto que les haga simpáticos y activistas ante
su semillero de votantes.
En estos
años se ha participado en todo tipo de encuentros, foros e iniciativas de
mediación que, en unos casos han dado cierta visibilidad a los conflictos que
continúan en todo su apogeo y en otros han servido de mercadillo para favorecer
a más de un político que se ha llegado a ver sentado en el banquillo de los
acusados.
La puerta
giratoria de la CHE ha permitido que un ex-presidente de la misma sea el
redactor de este “nuevo/viejo” proyecto. La comunidad de regantes y ACUAES ha
debido de considerar que la consultoría de Tomás Sancho era la más adecuada
para volver inscribir en el Boletín Oficial, los anhelos por detentar la
propiedad del agua del Gállego a la espera del mejor uso que el tiempo pueda
aconsejar.
Nos viene a
la memoria cuando, a comienzos de este siglo, junto a Benigno Blanco, Carlos
Manuel Escartín, José María Vizcaíno, José R. Fernández Lastra, Francisco
Fiteni y el ex comisario de Aguas de la Confederación y director del proyecto
del embalse de Santaliestra, Miguel Zueco estuvieron imputados por falsedad
documental, riesgo catastrófico, prevaricación y algunos cargos más que la
hemeroteca tiene en sus archivos. En aquel momento una oportuna operación de
participación ciudadana, conocida como Iniciativa Social de Mediación, concilió
la renuncia a la regulación del Esera en Santaliestra con la retirada de las
querellas criminales que pendían sobre los citados.
Entonces
como hoy vivimos la tristeza y la esperanza. Esperanza porque se cerraba el
sufrimiento de un pueblo y de un valle que veía como se alejaba el peligro de
un pantano que llevaba en danza desde los años 70 y tristeza porque sabíamos
que aquellas querellas eran una oportunidad de oro para cambiar la
política hidráulica en España.
Como la mayor parte de los cambios que auspicia y acepta el stablishment, todo
cambió para que todo siga igual.
En estos
más de 20 años el bipartidismo nacional que en Aragón es triple, han legislado
y organizado las cosas para que el agua se pueda comprar y vender, eso si
garantizando a las masas que en algún momento ha salido a la calle al grito de
“Aragón agua y futuro”, que el Ebro es una unidad de destino en lo universal y
que ningún trasvase nubla el horizonte.
Después de
más de 20 años, los antiguos políticos emergentes siguen haciéndose
fotos en medio de la reivindicación mientras muchos de los nuevos están entre la masa de buenas personas que esperan que unos y otros sepan utilizar su
presencia en las instituciones y su capacidad de movilización para que esta vez, después de 30 años, la
Galliguera pueda ser el espacio de convivencia entre el la naturaleza y sus
habitantes en el que todos podamos compartir la libertad del río.
Algunos datos en:
http://www.elmundo.es/espana/2017/06/18/59457f00268e3e07668b4598.html
El reflejo de la manifestación en la prensa aragonesa en:
El reflejo de la manifestación en la prensa aragonesa en:
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