Hasta el 3 de agosto de 2020 este
proyecto está en periodo de alegaciones. La ampliación consiste en el
incremento del 25% de su capacidad de procesar residuos, pasando de 60.000
t/año a 75.000 t/año, y en implantar un nuevo tratamiento consistente en la
combustión o incineración de disolventes y colas residuales y tóxicas.
Este es un procedimiento altamente peligroso
cuando se tratan este tipo de residuos formados por compuestos orgánicos
volátiles que darán lugar a hidrocarburos aromáticos policíclicos e incluso a
dioxinas si hay presencia de cloro, algo que es posible por cuanto esta empresa
trata compuestos organoclorados.
La ampliación de esta empresa es el
último eslabón de una larga cadena de depredación de los recursos naturales en
beneficio de un reducido grupo empresarial.
El nuevo mito de la España Vacía/Vaciada puede esconder en ocasiones la explotación
interesada de ese vacío que merece un análisis mucho más profundo que lo que
permiten los titulares de los medios de comunicación habituales que, más veces
que las deseadas, son parte interesada en este complejo concepto.
Desde el Alto Moncayo soriano nos
llega esta reflexión sobre la explotación del agua y la realidad de la comarca
que merece la pena leer para percibir una faceta más de este proceso humano,
social y económico.
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