La reacción del Instituto Aragonés del Agua, al constatar la recepción de los recursos de reposición presentados ayer en la sede del Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, resulta cuanto menos curiosa. El IAA parece extrañarse de que los ciudadanos ejerzan el derecho de manifestar su opinión ante los actos de la administración. Los zaragozanos están dispuestos a pagar impuestos y a ser solidarios con el resto de Aragón, pero manifiestan su derecho a saber el cómo y el porqué de este impuesto. De igual forman exigen una financiación del Saneamiento de Aragón transparente y una profunda revisión de las actuaciones que el IAA ha realizado desde su creación.
En las charlas que se están realizando por todos los barrios de Zaragoza se valora que en este momento, el proceso de revisión del PASD, la situación de interinidad del propio IAA, la valoración de la Cámara de Cuentas y la acción pendiente de la Comisión Parlamentaria de Investigación definen un escenario mas propicio a la prudencia que a la continuidad de la gestión. Sin embargo la aplicación del ICA a las zaragozanas y zaragozanos es una muestra de la pervivencia del viejo modelo.
Hoy ha sido el turno de Picarral y Valdespartera.
Hoy ha sido el turno de Picarral y Valdespartera.
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