A pesar de las tormentas con que ha amanecido Zaragoza este domingo, el encuentro ciudadano en la Plaza de San Felipe se ha hecho un hueco entre las nubes y los paraguas para congregar a un importante grupo de personas que han podido compartir la evolución del Plan Aragonés de Saneamiento y Depuración, la próxima aplicación del Impuesto de Contaminación a los zaragozanos y la escasa credibilidad que inspira las actuaciones del Instituto Aragonés del Agua.
A pesar de los cambios anunciados y la tímida autocrítica, se puede constatar día a día que el modelo de gestión actual está en perfecta sintonía con cuanto se ha hecho en el pasado. El continuismo de los actuales gestores es una realidad que se puede observar en proyectos como los de Calaceite o de Caspe que pudiendo dirigirse en una linea de sostenibilidad mantienen el modelo.
La Red de Agua Pública va a mantener sus actuaciones; colaborará con las entidades zaragozanas que puedan dirigir acciones de oposición al ICA y procurará mantener un estado de opinión en los municipios aragoneses que nos aproximen a la forma de hacer las cosas que constituyen nuestra seña de identidad que no es otra que la prioridad de los intereses de los ciudadanos sobre los del beneficio empresarial.
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