La obra en sí ha costado entre 90 y 100 millones de €. aunque los gastos no han terminado porque las características del vaso del embalse y, a pesar de lo que la CHE dijo en su momento, el agua de Yesa se convierte en agua de YESO.
Nos alegraría, como al primero el aprovechamiento turístico de un pantano y que Aragón fuera cita obligada para windsurfistas, motoristas o esquiadores del mundo entero, pero nos gustaría más que estas actividades se realizaran en pantanos rentables hídricamente, en circuitos sostenibles económicamente y en pistas sin pelotazos urbanísticos.
¿Es mucho desear?
No hay comentarios:
Publicar un comentario