Zaragoza, como tantas ciudades europeas, tiene un problema con la falta de dimensionamiento de sus colectores derivada del aumento del suelo urbano, la consiguiente impermeabilización y el aumento de caudales de aguas pluviales que tiene lugar en situaciones de lluvias. Mucho más, como se deriva de un régimen de lluvias de climatología mediterránea, cuando estas tienen lugar en forma de aguaceros fuertes en poco lapso de tiempo.
Zaragoza duplicó su suelo urbano en sus últimos 15 años de historia. Es decir se urbanizó en una extensión igual a como lo había hecho en los 2000 años de su vida anterior. Esto trae como consecuencia que los colectores en los quince últimos años recogen el doble de lluvias pluviales. Al no haberse renovado, sobre todo aquellos que están en más baja cota ( barrio Almozara, Echegaray y Caballero, margen izda del Ebro desaprovechando las obras de acompañamiento de la EXPO…) en esas situaciones de fuertes tormentas, tienen que desaguar su contenido mediante derivaciones de tuberías directamente al río Ebro sin que las aguas residuales que acompañan a las pluviales, puedan llegar a la EDAR de La Cartuja para que se puedan depurar.
Esto ocurre en casi toda Europa donde Francia sería una excepción. Allí la red de colectores de aguas pluviales y residuales es doble. En el resto es única.
Las consecuencias para el buen estado ecológico del río es muy nociva. Tenemos que pensar que restos de residuos que eliminamos de forma nada ecológica por los desagües de nuestras casas, por las acequias de riego y ciertas industrias que se unen en los últimos tramos a los colectores urbanos y que se habían quedado en el fondo del colector (toallitas de limpieza, compresas, preservativos, algodones, restos de plásticos, trapos…), salen con la presión del agua en el colector al exterior y al río directamente. En la mayoría, en forma de grandes cataratas por medio de clipetas, pero si hay una reja de salida como es el caso de la tubería cercana al Parque de San Pablo, se logra componer un CURIOSO COLLAGE, de todos materiales usados en la higiene personal que se puede ver en la actualidad.
Desde el Puente de Santiago o el de Piedra en días de lluvia fuertes, se pueden contemplar "ríos de mierda" dentro del río general. Y ello va hacia la salida de la ciudad haciendo que la vegetación próxima de la parte más baja de los sotos de Cantalobos y Villarroya se inunden de estos objetos hasta 4 y 5 metros de altura cual regalos en un árbol de Navidad y en varios kms. de recorrido. Una de las consecuencias es que tenemos que valorar más la función depurativa de los sotos- no solo retienen inmudicias por las ramas sino que lo hacen fundamentamente absorbiendo contaminantes y exceso de nutrientes por las raíces.
Uno se pregunta la eficacia de los cientos de millones de euros gastados en estos 20 últimos años en depuradoras. Es condición necesaria su existencia pero insuficiente si no se lleva una intensa educación ambiental en ciudadanos y empresarios (agricultores, ganaderos e industriales) y no se renuevan estos colectores, se hacen tanques de tormentas.
Las depuradoras no lo resuelven todo y desde TU CASA PUEDES AYUDAR AL RÍO.
Logicamente esta contaminación es la punta del iceberg y la cuestión del uso de fertilizantes y pesticidas en agricultura, desechos ganaderos, desagües de papeleras y otras industrias tienen que ser , a la par, una intensa preocupación de unos tramos de río – el Ebro- que año tras año nos da malos índices en su estado ecológico.
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