Páginas

INFORMES Y AUDITORIAS

COLECTIVOS DEL AGUA EN ARAGÓN

jueves, 29 de mayo de 2025

DEPURACIÓN Y SANEAMIENTO: ZARAGOZA Y ARAGÓN

Orilla de luz. Pilar Iturralde 2025

El tratamiento de la información, como herramienta de propaganda, se ajusta al público al que va dirigida. En el "extremo derecho", la publicación de la falsedad desnuda, el insulto despiadado que agita las vísceras de quienes hacen de la zafiedad su alimento. De esta práctica no se libran ni los platós de TV, ni los campos de futbol ni, lo que es más grave, el Congreso de los Diputados.

En otra banda informativa, sin alcanzar este esperpento, hay narraciones construidas a la medida de los intereses del narrador que, sin necesidad de ser necesariamente falsas pero ordenadas con cierto sesgo, determinan una acción comunicativa tendenciosa. Paradójicamente esta estrategia informativa genera un sociedad desinformada. Una sociedad propensa a tomar decisiones, más desde las vísceras que desde el cerebro y eso nunca es buena noticia.

Este preámbulo, de aplicación a muchos campos de la gestión pública es igualmente aplicable al agua y el saneamiento. La tradicional costumbre de tomar la parte por el todo  genera una idea de la realidad que, sin ser falsa, puede ser perfectamente errónea.

Mirando al barrio zaragozano del Picarral y su contencioso con la empresa Tereos, sería fácil caer en una dicotomía demasiado simplista. En un extremo se pueden colocar quienes sufren graves afecciones ambientales, un nivel de ruido por encima de lo aguantable, olores nauseabundos o una desagradables masas de vapor de agua que no solamente flotan sobre la industria sino también sobre las viviendas cercanas. Es entendible que para una buena parte del vecindario esto sea una situación intolerable. 

Por contra, otra parte del vecindario, puede considerar una buena noticia que esta depuradora pueda resolver una parte significativa de las afecciones que esta industria lleva realizando desde su origen. En ese sentido puede haber quien diga que si esta depuradora en litigio, disminuye significativamente la presencia de vertidos en los colectores del barrio, sería un avance sobre la situación actual. Las dos visiones pueden ser ciertas.

Una información veraz y completa debiera abarcar una visión global de esta situación en la que el Ayuntamiento de Zaragoza acumula más de 60 años de responsabilidades sin asumir plenamente. Cabría pensar que cada consistorio no solo debería responsabilizarse de la gestión de su mandato, también debiera serlo de gestionar los legados anteriores. Una sociedad se construye por acumulación de saberes y acciones.

No se puede obviar que cuando Campo Ebro Industrial se instaló en el barrio, el urbanismo tenía poco que ver con el actual. Si ahora hay vecinos que, legítimamente, se quejan de una situación, es porque, durante muchos años ha habido un planeamiento urbanístico, auspiciado desde el Ayto. que lo ha permitido. La hemeroteca, si no abundante si suficiente, parece resumir que el consistorio ha hecho históricamente poco para conciliar la convivencia de las dos realidades.

Los medios de comunicación harían bien en dar a conocer a los desarrolladores del parque de viviendas del barrio. Lo cierto es que hasta hace poco se han seguido construyendo viviendas, no se sabe si con la esperanza de que sea la industria la que se mude del barrio. El camino hacia la mejora de este barrio debiera tener vocación generalista y reunir todas las sensibilidades en la mesa del dialogo en la búsqueda de lo posible.

El repaso al saneamiento zaragozano da para mucho. También se habla poco de la situación de la margen izquierda que arrastra años de desidia. A nadie se le escapa que lo que haga Zaragoza repercute necesariamente en la salud de las personas y del medioambiente aguas abajo de este corredor de biodiversidad que termina en el Parque Natural del Delta del Ebre. Una responsabilidad para Zaragoza poco atendida por todos los ayuntamientos que en la historia han sido y que tampoco es demasiado conocida por el común de los consumidores de informativos.

No es suficientemente conocido que cuando el Ebro aumenta significativamente su caudal, entra en los colectores paralelos al rio que conducen los vertidos y tal aumento impediría el funcionamiento de la EDAR de La Cartuja. Así los vertidos de esta zona (150.000 habitantes aprox.) van a parar al cauce sin ningún tratamiento. En función de los caudales esta situación se repite entre 20 y 30 veces al año sin que los propios vecinos sepan el alcance de esta realidad. Todo ello en una ciudad que aspira a situarse entre las cien ciudades europeas por la neutralidad climática.

Solamente en el Campo de Tarragona hay sesenta y nueve poblaciones que se abastecen directamente del río Ebro (mini-trasvase a Tarragona) que desconocemos si son sabedores de esta situación que se crea en Zaragoza por una inadecuada gestión de la depuración y que se someten a la capacidad del propio río por ejercer la depuración natural de sus aguas.

La evolución de la depuración del agua de los zaragozanos, desde la inauguración de la EDAR de La Cartuja, tampoco es suficientemente conocida. Puede que los datos estén ahí, pero la información global se diluye porque no está siendo adecuadamente presentada en los medios de comunicación, al menos con el mismo interés que otras actuaciones municipales, como el discutible y discutido "Bosque de los Zaragozanos", ejemplo de lavado verde donde los haya. por poner solo un ejemplo.

Sin duda estamos ante unos problemas de gestión compleja que requiere grandes inversiones en la que habrá que se deberán implicar a todas las administraciones. El aldabonazo social que supuso la insumisión ciudadana al ICA que luego derivaría en el IMAR que fue bendecido por todas las fuerzas políticas en un triste ejercicio de miopía social y política, ha servido para poco. Se diga lo que se diga, los zaragozanos tienen el discutible honor de pagar dos veces la depuración de sus aguas y encima tener un servicio deficiente en donde el interés privado prima sobre el público. 

Al margen de los eslóganes informativos que alimentan periódicos y pantallas, la comisión bilateral, Gobierno de Aragón-Ayuntamiento de Zaragoza, no solo debiera servir para la construcción de La Romareda mientras los ciudadanos de Zaragoza, siguen haciendo frente a una más que discutible gestión del saneamiento. 

Queda mucho por hablar, debatir y aportar desde todas los sectores sociales en Zaragoza y en Aragón ante un Plan Aragonés de Saneamiento y Depuración que depura poco y es víctima de la contaminación informativa que perjudica seriamente la salud colectiva.  

La actualidad informativa reciente se ha situado en el Pleno del Ayto. de Zaragoza que ha aprobado la modificación aislada del PGOU que permitirá construir la planta de tratamiento de efluentes que motiva la discrepancia ciudadana. 

Reproducimos íntegramente los escritos leídos en el Pleno desde los colectivos ciudadano.

Primera intervención: 

 
Segunda intervención:

No hay comentarios:

Publicar un comentario