MADRID 2001 |
La Red de Agua Pública de Aragón acoge la propuesta con que la Asociación contra el Recrecimiento de Yesa “Río Aragón” recuerda que en octubre de 2025 se cumplirán 25 años de las movilizaciones que bajo el eslogan “Por la Dignidad de la Montaña” unieron a los pueblos del Pirineo que en aquellos momentos se oponían a la construcción de los embalses de Jánovas, Santaliestra, Biscarrues y Yesa que estaban destinados a ser los reservorios de agua para los trasvases que el Plan Hidrológico Nacional proyectaba en aquel momento.
Aquella lucha, constituyó un éxito de la movilización popular y supuso un punto de inflexión en la política hidráulica y el nacimiento del concepto de Nueva Cultura del Agua. Una nueva visión que, no sin dificultad, se ha hecho sitio en el imaginario colectivo aunque todavía quede mucho camino por recorrer. La vieja política hidráulica sigue imponiendo su discurso en el recrecimiento de Yesa y, también en Zaragoza, en el trasvase del Jalón en Mularroya. De igual forma, los sucesivos planes hidrológicos todavía están lejos de ordenar con equidad y equilibrio social un bien público como el agua que, en Aragón sigue siendo seña de identidad y en el espacio pirenaico, especialmente, se sigue mirando como objeto de colonización y extracción, desde despachos tan poderosos como lejanos.
El paso del tiempo ha cambiado el escenario pero la realidad de los pueblos y las gentes de las montañas y del mundo rural aragonés tienen hoy parecidos motivos para mantener viva la exigencia por la “Dignidad de la Montaña”. En estos 25 años, otros proyectos amenazan el derecho de los pobladores de aquellos territorios, levantados en lucha, a un modelo de progreso propio que no hipoteque su futuro.
Las centrales eléctricas eólicas y fotovoltaicas con sus líneas de transporte, las plantas de fabricación de hidrógeno, las instalaciones de almacenamiento de energía o los centros de datos informáticos, son hoy el nuevo peligro de que Aragón se consolide como territorio de sacrificio para que otras regiones de España o Europa puedan mantener el viejo modelo de desarrollo. En todo este marco el Pirineo, hoy como ayer, sigue estando en el centro de la actualidad.
Ayuntamiento de Graus. 2001 |
El siglo XXI que prometía convertir la montaña que une Aragón al resto de Europa en tierra de provisión, ha traído nuevas agresiones sociales y medioambientales de pareja gravedad a las obras hidráulicas contra las que luchó hace 25 años. A las políticas extractivistas para producir energía, hipotecando paisajes, agua y territorio, se suman políticas urbanísticas especulativas que limitan el derecho a la vivienda de los jóvenes que querrían hacer del Pirineo su hogar. Iniciativas, como la unión de estaciones de esquí Astún-Formigal a través de Canal Roya, en aras a modelos insostenibles en torno a la nieve, destruyen parajes de gran valor despreciando el cambio climático y perpetúan modelos turísticos que ignoran la cultura pirenaica a favor del consumo inmediato de ocio masivo ante el abandono del sector primario y la agroganadería familiar. Hay razones más que suficientes para clamar por la Dignidad de la Montaña con tanta fuerza como hace 25 años.
Por todo ello, además de conmemorar algo hermoso que se consiguió hace 25 años, desde Río Aragón y otros colectivos se piensa que es necesario rescatar aquella idea de DIGNIDAD para avanzar colectivamente hacia una sociedad acorde a las exigencias de una naturaleza que exige un cambio drástico en los modelos de desarrollo y de progreso humano.
Con ese objetivo, los colectivos convocantes invitan a coordinar en este tiempo que queda, un programa de trabajo de cara a que este 25 aniversario no sea solo la efeméride de algo pasado, sino también el comienzo de un proyecto de futuro compartido. Un trabajo que nos permita actualizar y consolidar un Nuevo Manifiesto por la Dignidad de la Montaña, que sirva de hoja de ruta en los próximos años que, sin duda, habrán de ser nuevamente de militancia y compromiso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario