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viernes, 19 de julio de 2024

CONFLICTO DE AGUA EN LA HOYA DE HUESCA

Barasona hace 100 años, antes de desaparecer inundado de olvido

La lucha de un pequeño pueblo de Huesca contra el "Goliat" del riego llega a la Audiencia Nacional.

Este es el titular de una noticia reciente del Periódico de Aragón ya conocida tiempo atrás que, para quienes han apostado decididamente por la "nueva cultura del agua" se hace merecedora a la reflexión y es que, habitualmente, la información aun siendo veraz, necesita siempre una contextualización que la ponga en referencia al marco vital que pretende reflejar.  Si el análisis no va más allá del mero dato del momento, el lector, sintiéndose informado, lo está solo a medias y eso es prácticamente, una desinformación. Un proceso que se da mucho en estos tiempos de posverdad y modernidad líquida.

Sin duda es una buena noticia que una pequeña localidad como Salillas, para casi todos, un desconocido lugar de cien habitantes en la Hoya de Huesca, sea crítico ante un proyecto que amenaza con inundar sus cultivos y alterar su modo de vida.

Por mucho que con los fondos Next Generation, el Plan Marshall de la post-pandemia, se haya instalado la idea de que hay que utilizarlos sea como sea para "no perder" ese maná caído del cielo, nunca se puede justificar que el beneficio de una parte de la población se cimiente sobre el perjuicio de otra. De eso Aragón podía escribir una larga historia de injusticia social generada por obras hidráulicas. Parece que el expolio sigue consagrado como forma de gestión de un bien demanial como el agua, del que ni siquiera se pueden librar los territorios de regadío. 

No estará de más leer en la historia reciente de la Comunidad Autónoma, los procesos sociales de oposición a embalses como Campo, Comunet, Janovas, Santaliestra, Torre del Compte, Biscarrues, Yesa, La Loteta o Mularroya. No estaría de más contextualizar y evaluar (social y también económicamente) todo lo que ha supuesto el malhadado Pacto del Agua de 1992 que una parte de los poderes públicos se empeñan en resucitar, mientras para otros solamente es un zombi administrativo nacido de las aguas de la vieja política que se resiste a entrar en el sepulcro. 

Este mal llamado pacto, no es más que el intento de perpetuación de la política oligárquica de los grandes propietarios de tierras que ven en el mercado del agua un negocio con el que servir a las exigencias de una agricultura industrial que nadie, ni siquiera sus mismas víctimas, parecen dispuestos a poner en cuestión.

A pesar de algunos evidentes logros de concertación social por los que la sociedad civil puede felicitarse, la gestión del agua en Aragón está todavía muy lejos de regirse por criterios de equidad, proporción y participación pública ni en el social, ni en lo medioambiental ni siquiera en lo económico que sería lo más escandaloso desde un punto de vista neoliberal.

El NODO, reflejo en blanco y negro de la España oscura, mostró al pequeño dictador ejerciendo de benévolo padre de la patria, inaugurando embalses y abriendo las tajaderas de un progreso que solo pareció alcanzar al puñado de sonrientes productores que saludaban brazo en alto al paso veloz del cortejo inaugurador. Otros muchos tuvieron que digerir, tras la fractura vital de la guerra civil, el desarraigo de su tierra y de su memoria, en muchas ocasiones a punta de pistola. Casos como el de Fayón no son una rareza en la historia soslayada de esta España que alguien ha llamado vacía sin recabar suficientemente en las causas reales de su vaciado y la personalidad de los vaciadores. 

Bien es verdad que el genocida del Ferrol no fue ni el único ni el primero en subvertir la hermosa idea de un progreso social compartido, sometiendo a cuantos fuera menester en aras de un desarrollo económico a la medida de los grupos de poder que de una u otra forma siguen determinando el destino de las personas. Su antecesor en el oficio de dictador de las Españas inauguró en 1928 el embalse de Barasona anunciado en Graus que si para el progreso de España fuera necesario inundar el propio Graus, ya podían sus gentes buscar mejor mapa para su geografía.

La huella que este embalse ha dejado entre las gentes queda bien reflejada en el documental: https://www.youtube.com/watch?v=H4D0fPhtJz0  que bien puede extrapolarse a otros casos del pasado y seguir sirviendo como ejemplo para combatir un modelo hidráulico desequilibrado, sea en Salillas, en Artieda o en la ribera del Jalón.

Desde este blog queremos mostrar nuestro apoyo a las reivindicaciones de estos vecinos recordando igualmente que la metáfora bíblica, no depara al gigante Goliat, por muy gigante que sea, un feliz desenlace gracias a la habilidad de un pastor que supo encontrar cinco piedras lisas a la orilla de un río. 


 



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